Entré a la casa de los Recalt con toda la timidez del mundo. Sentí alivio y paz cuando saludé a Lu, lo primero que ví en ella fué esa sonrisa hermosa. La abracé y sentí un perfume delicioso. Pude ver lo nerviosa que estaba, pero seguro a mi también se me notaba la timidez. Luego de un rato charlando entre todos, la cena parecía estar lista.
—ya está listo el asado, chiquitos — dijo Mati y empezamos a acomodarnos en la Mesa —
Sin pensarlo me senté justo frente a Lu, la cual estaba sentada a la derecha de Simón. Desde que llegue los dos estaban hablando bastante. En lo que iba de la noche no hablé con ella, la única interacción que tuve fué al entrar, cuando la saludé, y una que otra mirada. Admito que soy bastante tímido, pero me da nervios estar cerca de ella. Pipe y Juani me dijeron varias veces que vaya y la hablé, pero no me daba. Convengamos que se veía bastante bien charlando con Simón.
Pasé la cena bastante contento, me hacía bien volver a ver a mis amigos, pero trataba de finjir demencia con lo que tenía frente a mí. Las veces que miraba a Luisiana, hacíamos contacto visual, pero ella charló toda la cena con Simón. Pipe se había sentado a mi lado y me pegaba piñitas en la pierna, para que haga algo, le saque conversación o algo así, pero no me animaba. Me moría de celos al ver lo bien que se estaba llevando con Simón, pero me la banco, porqué yo no estoy haciendo nada. Y cada vez que los miraba me acordaba de las veces que Simón y yo habíamos hablado lo linda que era la hermana de Mati.
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Ya en la sobre mesa, seguíamos charlando mientras tomábamos un fernecito.
—Quién prepara ahora? —pregunto Agus, ya que estaba vacía la garra de Fernet y había que reponer—
—Lu y Blas, no?— dijo Juani rápidamente, lo miré y me sonrió de manera pícara y susurró un "de nada"
—eh si, Blas todavía no preparó — habló Esteban y los demás asintieron, la miré a Lu y ella me sonrió —
—vamos Blas, te voy a enseñar a preparar un buen fernet— dijo Lu mientras agarraba la jarra vacía —
—pueden creer, no toma alcohol y prepara mejor que yo — dijo Matías, Lu sonrió y me hizo una seña para que la siga y eso hice—
En el corto camino hacia la cocina, no dijimos nada, pero la felicidad me invadía el cuerpo.
—toma, tené, porfa— me dió la garra, me afirmé en la mesada y ella procedió a buscar hielo—
Mientras la miraba, pensaba en que tenía que romper el silencio y dejé que salga lo primero que se me vinó a la mente.
—asi qué preparas mejor el fernet que Matías?— pregunté, y ella me miró.
—mucho mejor, la alumna, superó al maestro.— dijo mientras le ponía hielo a la jarra— y eso que no tomo— me sacó la jarra de las manos y empezó a preparar la bebida—
