1. Decepción

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—Te dije lo que debías de haber hecho, o ¿no entendiste?—gritó furioso. Jackson Smith hizo que su novia se estuviera al entrar por la puerta.

Olivia estaba acostumbrada a los gritos de su pareja, pero esta vez la situación era peor porque ella sabía el motivo de su ira y decepción.

— No lo haré…

— ¡Si lo harás! No lo quiero y no era lo planeado —la culpaba con odio—. ¿Cómo lo vas a ocultar de mí? ¿Me crees idiota?

Ella estaba pálida ante aquel hombre que expulsaba fuego por todos lados.

— ¿Crees que lo voy a ocultar?—pregunta ella.

Jackson lanzó con fuerza un vaso que tenía su mano. La decepción que sentía era tanta porque no era lo que había hablado sobre su futuro.

— ¿Acaso lo hice sola? Eso sucede cuando te acuestas con alguien sin protección y no lo voy a abortar —grita ella cansada de tanta humillación.

— Olvídate de mi seguro médico, ahora iré a sacarte de mis cosas y veré qué harás - escupió con palabras duras.

Continuó hablando ...

— No le pondré mi apellido a esa cosa y tú … Me sigues decepcionando cada vez más.

Olivia lanzó aquel papel a su rostro, era la primera ecografía del bebé y su mirada era tristeza profunda.

— No imaginas, cuenta cuál fue mi alegría al momento de enterarme de nuestro hijo, pero sabía que está seria tu reacción - dice Olivia con sarcasmo.

Jackson se alejó de ella con expresiones de ira en su rostro, aunque ella no le dio tregua. A sus 28 años era maestra de una pequeña escuela cerca de su casa y no ganaba mucho.

— Olivia —dice Jackson con voz tenue por un momento—. No es difícil de entender, ahora no podemos tenerlo, no lo quiero.

— Para ti no es difícil, y sabes, ¿por qué? No me amas, eres poco hombre. ¿Crees que en tanto tiempo no me he dado cuenta de todo lo que haces? — refuta con enojo y su única defensa.

— No puestas en mí, ¡maldita sea! … — rugió él con ira.

—Y ¿cuándo pensarás tú en mí? Estoy embarazada y debo solo preocuparme por mí misma —fulmina ella.

— No es el momento, entiendo - dice Jackson.

— Nunca será el momento para ti, porque nunca pensabas o estabas lo que yo también quería. Solo tú, siempre, tú y ¿yo? — Olivia cuestiona con sus ojos llenos de lágrimas y actitud.

— Quería llegar a casa con la buena noticia, pero fue al revés, quería seguir siendo los dos y veo que no es así para ti. Además, se supone que era la cita de seguimiento por el aborto de ese feto y llegas con una ecografía. Jackson no entendía y su ira lo consumía.

Olivia tuvo sus lágrimas y obtuvo el valor de darse lugar.

— No tengo que pedir permiso para tener a mi hijo, es mi cuerpo y es mi decisión y si no te gusta, vete al infierno - hablaba con firmeza y su miedo disminuyó.

Jackson quedó en silencio por unos segundos, no se sentía capaz de refutar en aquel instante aquellas palabras y no podía obligarla, aunque no se quedará ahí.

— Largo de mi casa - replicó él.

— ¿Qué? También es mi casa, ayuda a pagar — Olivia refutó con ira.

— Fuera de mi vida, de mi casa y de todo - espesó él con desprecio - largo.

— ¿Es en serio? — Ella no podía creer que la sacara de su propia casa.

OLIVIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora