Cap 4: Conociéndonos Levemente

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Han pasado 3 días en que las cuales no me dignado a salir de mi habitación, no salgo ni para explorar el castillo, tampoco salgo para conocer a los demás, por más que Stella me lo pida, no puedo simplemente salir y poner una falsa sonrisa a ciudadanos que no me conocen y que yo tampoco conozco que también es probable que me odien por tomar el lugar de su difunta reina, quien sabe si están organizando una protesta para que me vaya o que de una vez intenten convencer al rey de ejecutarme por usurpadora.

Todo puede pasar en un abrir y cerrar de ojos.

Un golpe en la puerta se hizo eco en mi habitación, me levanto de mi sofá y me encaminó abrir la puerta. Casi salto de la impresión a darme cuenta de que se trata del Rey quien está a unos centímetros de mi presencia.

—Rey...yo no sabía que vendría...—Tartamudeo del nerviosismo al no saber cómo reaccionar.—"Esto no es digno de una reina..."—Me recrimino a mi misma.

El hombre de pie frente a mí tiene una mirada algo apagada, aún no ha sanado del todo sobre el asunto de su difunta esposa. Lo entiendo perfectamente, no es fácil tener que aceptar que estuviste con tu esposa peleando una última batalla en la nunca más la volverás a ver.

Ahora ella estará presente solamente en sus recuerdos de hace 18 años.

—Esto no es nada fácil...—Habla el rey de cabellos castaños.—Pero no podemos estar así, al menos podemos salir del palacio un rato...—Levanta su mano y la extiende hacia a mí.—Me gustaría invitarte a conocer Dominó, ¿Aceptas mi invitación, Reina Eva?

Trago grueso al escuchar las palabras del rey.

¿Me está invitando a salir? Esto no es algo que esperaba.

Miro la mano del rey quién aún la mantiene extendida, dudo un poco antes de acercar mi mano a la suya. Su tacto es suave y siento una pequeña corriente que me hace estremecer.

Aún no estoy del todo convencida sobre salir del palacio, de solo imaginar el como tratarán la gente hace que sienta un poco de ansiedad.

—No tienes por qué tenerle a mi gente...—La voz de Oritel me saca de mis pensamientos.—Son ellos los que quieren conocerte, puede que al principio no será lo mismo, pero por el bien de Dominó, ellos harán todo lo posible para no quedar mal ante ti.

Sus palabras me hacen relajarme un poco, pero aún así, siento un poco de miedo.

—Su majestad...yo...—Las palabras no me salen de mis labios, mis mejillas se sienten calientes por la vergüenza que estoy pasando.—No se si debería salir...

—Entiendo que esto es nuevo para usted, pero su hermana la princesa Stella habló conmigo antes de irse con mi hija y sus amigas...—Habla haciendo que suelte un jadeo por la sorpresa.

"¿Ahora que cosas salió de la boca de mi consentida hermana?"—Cuestiono en mis pensamientos.—Por los hermanos Solares, no quiero saber que dijo mi hermanita para obligarlo a buscarme-Me interrumpe.

—Oh no, la princesa Stella no me obligó a venir por usted, ella me habló un poco de usted y sobre el futuro divorcio que me pedirá cuando mi hija más joven cumpla los 18.—Revela haciendo que ponga pálida.—No quiero hacerla sentir mal, apoyo tu idea, pero no quiero tener que nos tratemos como unos desconocidos en el palacio en lo que pasen los meses, tenemos todo un año para conocernos antes de llegar al divorcio.

Sus palabras hacen eco en mi cabeza, mi pequeña hermana que apenas está madurando a pesar de que todavía se comporta como una niña mimada, tuvo la osadía de contarle mis planes al padre de su mejor amiga.

A lo largo de su vida, creo que nunca aprendió la definición de la palabra 'discreción'.

Error mío por no enseñarle también lo que es la astucia y la inteligencia.

Me casé con el Rey de Dominó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora