Caminos

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He caminado por rectas

para no encontrarme con esquinas.

He sido atacado

por monstruos por la espalda

y he lamido mis heridas

en un intento de curarlas.

He dado amor

y algunas veces

no he sido correspondido.

He esperado abrazos

en un intento de consolarme

y algunas veces

he cruzado mis brazos

para abrazarme.

Me he dado de bruces

contra la pared,

algunas veces

he mentido

que cuando

digo la verdad

no lo he creído.

He huido

sin haber

querido huir

con los ojos abiertos

y el corazón cerrado por el dolor.

El pasado me ha alcanzado.

He aceptado con los ojos

cerrados y el corazón abierto,

pedazos de carbón

que alguna vez

creí que era amor.

Me he ensuciado las manos,

escribí

y reescribí

mi vida hasta

el punto de no reconocerme.

He querido

tanto que me he

olvidado de mí,

he tenido

que olvidar tanto

que me he dejado de querer.

He muerto tanto

que ahora

el resucitar

es un deporte cotidiano.

Sé que la vida tiene la última palabra.

He llorado tanto

que mis ojos

ahora son un mar de agua salada.

He besado y me he reído.

Sé que he fallado tantas veces

que ahora sé cómo distinguir

de mis aciertos y victorias.

He sido derrotado

por mí mismo,

con dolor y conscientemente,

que ahora la vuelta a casa,

suena como un agradable

paseo en un campo de lirios.

Qué ahora prefiero

mi propio consuelo.

He perdido mi rumbo

pero he conocido a la vida

y lo he disfrutado.

He sangrado por espinas

y he curado mis heridas.

Y ahora en mi vida

hay un campo de flores.

Debo de admitir que hay días

en los que pienso en ti

como si alguien

quisiera borrarte de mi mente.

Con la misma desesperación

que pudiera tener

un niño de quince años,

cuando el mundo

le parecía un lugar pequeño

para querer como yo te quería a ti.

CARRUSEL HACIA LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora