III Parte: Idílica Dulce Locura.

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Te gusta cubrirme, más de lo que deseo.

Debe gustarte mi presencia, aunque yo prefiero tu ausencia.

Ahora vuelves queriendo quedarte, pero esta vez tú vas a enloquecer.

Te tomaré de la mano, caminarás a mi lado, como lo hice con ellos, mis miedos.

Serás parte de mi vida y serás la musa de creaciones maravillosas.

Cuando crezca dentro de mí, te volverás esclava.

Caerás en un dulce calvario.

Sus primeros latidos te aturdirán.

Serán lo único que escucharás.

Sus patadas serán pinceladas que te llenarán de color.

Poco a poco, el opaco con el que te proteges se disolverá ante las mortales burbujas de felicidad.

Expuesta y vulnerable a la personificación del amor que llegará.

Cuando las risas recorran los pasillos, te derretirás.

Cuando los terribles primeros pasos aparezcan, temerás.

Te arrepentirás de la manera abrupta en que pretendes volver.

Esclava de su vida, prisionera de su amor, cuando te mires al espejo, no vas a reconocerte.

Una metamorfosis.

Encadenada a sus brillantes ojos inocentes.

Manipulada por su voz.

Quedarás postrada ante su mera existencia.

Un momento de dolor fugaz que apenas quedará en la memoria.

Custodiarás sus sueños.

Permanecerás en vilo cada segundo, por el resto de su vida.

Y cuando seas digna de llamarla por su nombre, descansarás. 

POEMARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora