Capitulo 1

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-Nabi... Nabi..

Escucho decir a unos de mis amigos a lo lejos, levantó un poco la cabeza y me doy cuenta de que el salón está casi vacío <otra vez no>> pienso. Me había quedado dormida de nuevo en la clase, por suerte fue ahora en la salida.

-Ya despierta, Nabi nos tenemos que ir.

Dice mi amigo Santiago mientras me da unos golpes en el hombro.

-Ya voy, porque no me despertaste antes?

Digo enfadada guardando mis cosas dentro de la mochila.

-No quería interrumpir tu sueño de belleza, además se que anoche te desvelaste, así que te deje descansar.

-Gracias, pero aun así debiste despertarme.

Salimos del aula y caminamos hacia la salida. En el camino nos encontramos a Paula, una amiga, que viene a abrazarnos por detrás mientras nos pregunta.

-Van a ir al partido hoy a la noche?

-No se, sabes que no me gustan mucho esos partidos.

Digo mientras le sonrío y me aparto un poco de su abrazo.

-Vamos, nunca vienes a un partido y dicen que habrá una fiesta después.

Pienso en que quizás no me vendría mal salir un poco de casa, además era viernes y si quería quedarme hasta tarde mis padres no tendrían problema.

-Esta bien, solo que necesito que después me vayan a dejar a mi casa.

-No hay problema, yo te llevo.

Dice Santiago con una sonrisa de lado mientras me revolvía un poco el cabello.

-Gracias y adiós ya me voy.

Voy corriendo hacia el auto de mi hermano mientras me despido a lo lejos de mis amigos. Apenas me subo les gritó.

-Avísenme a que hora tengo que estar, nos vemos.

Ellos se despiden de mí y se van cada uno por su lado.

En el camino a mi casa mi hermano y yo no nos dirigimos mucho la palabra, solo nos dedicamos a escuchar la música que había en la radio.

Llegamos a casa y apenas entramos me saco los zapatos, tiró la mochila en el sillón a lo que yo me acuesto en el y mi hermano me pregunta

-¿Qué quieres almorzar? Tengo pizza congelada o podemos hacer unos fideos.

-No se, hagamos la pizza más rápido.

Apenas se lo digo él la coloca en el microondas

-Esta bien, como fue la escuela?

-Bien, al final de la clase me quedé dormida de nuevo, estaba cansada.

-No te quejes, vos fuiste la que llegó tarde anoche y no me quiso dar explicaciones de donde estuvo, solo que te tenía que cubrir de nuestros padres.

Le miro y le tiró una sonrisa inocente a lo que él me responde con una mirada de reproche.

-Perdón, anoche tenía que hacer...cosas.

Digo con timidez, esperando que él entienda de qué estoy hablando.

-Sabes que esas "cosas" no me gustan, ni a nuestros padres. La próxima te puedo acompañar.

Me dice haciendo un gesto de comillas con las manos junto una mirada de lástima. A lo que yo respondo.

-Sabes que a mi no me gusta meterte en esto y menos que se enteren nuestros padres de que volví a eso.

La verdad tras una casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora