Dangerous love

La fiesta

Lauren POV:
Aveces esa niña podía llegar a ser un verdadero problema, cuando creció tanto me pregunto, antes ella solía pedirme todo el tiempo que jugara a las muñecas con ella o que me quedara a leerle un cuento hasta que pudiera dormir tranquila. Simplemente no puedo, ahora trata de escaparse a fiestas sin permiso.

Untaba un poco de crema de avellanas en unas cuantas fresas mientras disociaba un poco hasta que recordé que Camila no había comido nada—mierda—soy tan despistada, eran casi las 6 de la tarde y esa niña no había almorzado. Deje lo que estaba haciendo por alistar un sándwich, unas cuantas fresas y un vaso de leche, una vez listo todo eso, subí los escalones poco a poco hasta asomarme a una puerta blanco con unas que otras estampas y posters de bandas como 1D, 5sos y the vamps.

Camila, ¿estas?—dije, pasaron unos cuantos segundos y no había ninguna señal de vida, decidí respetar su privacidad y volver a tocar.

Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, toque seis veces la puerta y no había ni siquiera un susurro o alguna respiración que la delate.

Camila, se que debes de estar enojada, pero solo quiero cuidarte como le prometí a tu papá, cuando yo era niña también era algo escurridiza.—hablaba, pero parecía que lo estaba haciendo sola, lo mío no es irrumpir en la privacidad, pero no sabía si estaba en un sueño demasiado profundo, muerta o ni siquiera se que quiero imaginar.

Esta bien Camila, entraré—mientras abría la puerta, me tome con la sorpresa de que no había ni un alma en esa habitación y sobre todo, sus sábanas estaban tendidas por el piso y la ventana abierta mientras una leve brisa recorría aquellas cortinas de tela blanquecina transparente.

-mierda— eso fue lo único que salió de mi boca

Camila POV:
Por un carajo esta fiesta está demasiado aburrida, pensé que sería un poco más divertida o algo, pero no, dios eran las 9:37 y todos estaban casi ebrios.

Estaba sentada en la orilla de la playa mientras todos esos imbeciles estaban bebiendo, drogandose y follando. Realmente odiaba que aveces mis citas con Austin terminen en lugares así, jamás me regalo flores, el siempre quiso ser esa pareja popular que aparente demasiado amor, no se realmente si sea el alcohol qué hay en mi sistema o porque pienso esto sobre mi novio, pero aveces solía pensar que solo me quería como una apariencia o por sexo.

-¿Aburrida?—un chico alto, moreno, ojos completamente oscuros con cabello rizado y una sonrisa coqueta me pregunto mientras se acercaba a aquella orilla en la cual me encontraba sentada, se sentó y me miro esperando por mi respuesta.

-Que me delató?— pregunté devuelta, esta vez con una sonrisa.

-Quizás que no estés con esos animales o encima de alguno de ellos—decía mientras me dedicaba una mirada divertida.

-Quizás, no te había visto antes, eres nuevo?—pregunté con el afán de conocer a este completo extraño que me agradaba por alguna razón.

-Emiliano Miller a su servicio señorita Cabello—dijo entonando mi apellido con un tono de voz más grave.

-Espera...Como sabes mi apellido?—fruncí un poco el ceño y puse una cara de confusión. ¿Me conocía?

-Ser el hermano del popular que organiza las fiestas es igual a conocer a todos sus invitados, pero a ti no te había visto en ninguna fiesta de las que mi hermano había hecho, así que supuse que tu nombre en la lista era nuevo. ¿No es así Camila?—

-Eres hermano de Wallace, wow ese tipo por lo que escuché hace unas fiestas que terminan con la policía cerca del lugar—respondí un tanto asombrada, su hermano parecía ser todo lo contrario a él, es increíble.