Amada sangre

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En el Valle de las Espinas, el nombre de Lilia Vanrouge era bastante conocido, considerado toda una leyenda por su gran agilidad y valentía en batalla. Un General que dio los mejores años de su juventud por la noble causa de proteger su Reino y a la familia Real que lo había acogido desde niño. Admirado por unos, repudiado por otros, así pasaron los años en su vida, vida que ahora solo parecía ser un largo sueño marcado por recuerdos de un pasado que no podía cambiar.

—Lilia...

Una voz susurrante a su oído le llamó esa mañana cuando apenas amanecía, sus pálidas mejillas se tiñeron de un sutil rubor al darse cuenta de quien era esa dulce voz. La vida a sus setecientos años dio un giro que no había esperado ni en sus más alocadas fantasías, después de siglos de no experimentar el amor físico, ahora amanecía entre los brazos de un hombre que con caricias de sus cálidas manos hacían estremecer su piel.

El deleite de esa entrega horas atrás se reflejaba en el leve dolor que sentía en sus caderas por que con dificultad se movía. No podía creer que quien lo consentía tiernamente ahora hubiera arremetido con tanta fuerza en cada estocada que estremeció su interior antes. No se arrepentía del dolor, después de todo disfrutó del placer que fue compartido, negándose a abrir los ojos se restregaba firmemente a su cuerpo con la única intención de seguir el juego de seducción que el otro había iniciado.

—Sigue pronunciando mi nombre. —Pidió en medio de la excitación que en su cuerpo empezó a encenderse, pudiendo sentir como su amante se estremecía también, solo sintió intensificar el deseo de ambos.

—Lilia... Lilia...

—Dime algo más...

—¿Qué podría decir que no te haya dicho ya?

Lilia al oír su voz en esa simple frase sentía ser llevado al pasado, siglos atrás cuando esta dicha de pertenecer a alguien le llenaba el corazón. Sus labios se contuvieron de pronunciar aquel nombre que no tenía permitido emitir, el de ese alguien que lo enamoró en sus años de juventud. Debía controlarse para no dejarse llevar por la nostalgia, un amor que debía mantener en secreto a toda costa a quien pretendía amarlo ahora, por los lazos que los unían. Debía callar para no acabar con este idilio, sin embargo, temía que en medio de su delirio entre el pasado y el presente pudiera delatarse en cualquier momento, sobre todo cuando el tono de voz de su actual amante era tan parecido al de su querido Levan.

—Me haces cosquillas, Malleus... No lamas ahí. —Decía Lilia abriendo sus vivaces ojos de color rojo, su risita característica se escuchaba al sentir esa traviesa lengua humedecer una de sus puntiagudas orejas.

Al mirarlo de reojo se daba cuenta que definitivamente él no era Levan, ese hada que fue su mejor amigo desde la infancia, compañero de batalla y amante empedernido. El que convirtió un "hasta luego" en un doloroso "adiós" que le rompió el corazón varios siglos atrás. Ese que le hizo perder un poco la cordura al proponerle iniciar un prohibido romance a pesar de estar comprometido con alguien más.

Con profundo afecto lo recordaba a pesar de los años, Levan no era como los demás, el era auténtico, idealista, soñador, de corazón puro y bondadoso; cuyo único pecado al que se le podría atribuir era la deslealtad a su esposa, Meleanor. La princesa con quien se crió como un hermano desde pequeño, también la amó de una muy especial manera, ella que fue su primera ilusión y su primer amor, ese amor inocente que nace en la pureza de la infancia, amándola por años al punto de estar dispuesto a dar su vida por ella si fuera necesario, así que no le molestaba ver su bello reflejo en su hijo, quien cariñoso no dejaba de consentirlo.

Era tan confuso este sentimiento, hacía el amor con Malleus rememorando a los dos que amó con todo el corazón, desde esa perspectiva pensaba en lo retorcida que podía ser esta relación, a pesar de ello no pretendía acabarla por mucho que su consciencia se lo reprochara. No bastando aquello debía sumar el hecho de que este joven hada podría ser como un hijo, pues no solo ayudó a que pudiera eclosionar de su huevo, sino que fue su guía desde que salió al mundo hasta ahora a sus casi dos siglos de vida. Era consciente que para Malleus era la única figura paterna que conocía, aunque mantenía presente esos hechos no podía dejar de disfrutar esta cuestionable relación. 

Twisted Wonderland Yaoi ~Historias Personales• One Shots•Traducciones~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora