Zenda's crown

1. Huevo estrellado y queso amarillo

Me parece que cuando muera estas palabras estarán escritas en mis huesos.

1:32 a.m.

Busca sus llaves desesperadamente, hace horas que Zenda no responde sus llamadas. Esto ya había pasado antes, Killian no quiere pensarlo ni por un momento.

Escucha un ruido, son los perros ladrando y rasguñando la puerta desde adentro de la casa. Esto no puede estar pasando, no de nuevo. Siente que las lágrimas empiezan a inundar su rostro, cuando por fin logra tomar torpemente las llaves entre sus dedos y abre la puerta. corre, golpea agitado la puerta de la habitación de su hermana y ésta se abre, no hay nadie adentro. Por favor no. Toca la puerta del baño con todas sus fuerzas, confirma que se encuentra asegurada. ¡Zenda!, grita, sollozando, suplicando, golpea la puerta con todas sus fuerzas y se rompe. 

Hay un mar de agua rojiza escurriendo de la bañera. 

Up all night like this all night. Escucha entre sueños como si fuese el instrumental de alguna película. Ojalá One Direction fuera la banda sonora de su vida. 

Le toma otra canción poder abrir los ojos. -Buenos días -dice adormilada y ve a Killian sobresaltarse y brincar del sillón blanco en el que se encontraba. Se lanza sobre ella y la envuelve en un abrazo. Están en el hospital. -Debes odiarme -dice Zenda aun con Killian abrazándola y observa las vendas en sus propios brazos con tristeza.

-Claro que no te odio. Te amo, te amo tanto -contesta él -Puse música de tu banda favorita para que despertaras aunque sea un poquito feliz -Zenda sonríe, es una sonrisa de verdad. 

☆

Cada semana era algo nuevo, o cada mes, o tal vez ya había perdido la cuenta de todas las veces que Killian pintó las puntas de su largo cabello plateado y sus cejas con un color fantasía. Esta vez azul.

Zenda sólo le sonríe y toma su lugar de siempre en el comedor, al lado izquierdo del que es el lugar de Killian, al menos todas las mañanas de los domingos. Pasan los minutos y Killian comienza a platicar sobre alguna película con la que se ha obsesionado últimamente.

-...Entonces Jean Valjean decidió cambiar su vida para siempre y ser una persona nueva...

Bueno, también hay casos como éste en el cual habla sobre su película favorita de todos los tiempos con el mismo entusiasmo con el que hablaría sobre plantas, insectos, o su gato. Así que Zenda lo escucha, y opina al respecto, ella no ha visto la película más de dos veces, pero lo ha escuchado hablar al respecto tanto que ya se sabe los sucesos de memoria. Está a media oración cuando lo ve tomar la bolsa de queso amarillo del refrigerador y untar un poco (un mucho) sobre los huevos estrellados que tiene en su plato. -Hoy murió la gastronomía -dice Zenda interrumpiendo su propia oración.

☆

Y, bueno, a Killian le hizo daño el desayuno.

Pero eso es otra historia. Lo importante ahora era que Zenda tenía que reparar la prótesis de Rufus, de nuevo Saturno (el gato) la mordió de más, al menos más de lo que se pensó que soportaría, y Rufus estaba bastante triste por el suceso, llegó, sin poder caminar y apoyó su cabeza sobre el regazo de Zenda, ladró hasta que ella despertó, eran las 5:04 de la mañana del lunes, Rufus la ve como si sus ojos le dijeran, le pidieran que reparara su patita de metal.

Rufus es un perro con algo de parecido a un cocker, al menos de vista, no es de raza y cuando Killian llegó a casa con él era a penas un cachorro. Es color blanco, con dos manchas cafés alrededor de sus ojos que son cafés igualmente, y tiene pequeños puntitos del mismo color por todo el cuerpo; tiene tan sólo cuatro meses de vida, pero es bastante grande a decir verdad. Y se come las plantas de Killian cada que tiene la oportunidad. Así que Zenda, sin estar realmente segura de cómo, toma sus herramientas y se dispone a hacer que funcione de nuevo, al parecer las mordeduras de Saturno rompieron la unión entre la parte que une la pata al cuerpo, y dañaron toda la pata en sí. Está a la mitad del trabajo cuando escucha los pasos (y la música) de su hermano.