El rey mas fuerte

II

Advertencia: Ninguno de los personajes me pertenece, a excepción de los protagonistas inventados por mi, todo el crédito para los demás personajes, la historia es 100% mía.

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Capítulo II: El Desafío de los Guardianes

700 A.C.

En el corazón del reino oculto, Cercei se preparaba para enfrentarse a los guardianes de las islas cercanas, cuya misión era probar la valía del reino a través de tres desafiantes pruebas. Sabía que cada prueba no solo pondría a prueba su fuerza, sino también su ingenio y liderazgo. El primer desafío lo llevó a una isla volcánica donde el magma burbujeaba y el suelo vibraba con el poder de la tierra en erupción.

El cielo se oscureció con nubes de ceniza mientras Cercei se adentraba en la arena de combate. Frente a él, el líder de los guardianes, un ser titánico con escamas doradas y ojos de fuego, aguardaba con una postura desafiante.

—¡Cercei! —rugió el líder—. Demuestra que tu fuerza es digna de nuestro respeto. Enfréntate a mi guardián y vence para avanzar.

Un rugido de desafío acompañó la aparición del guardián, una criatura de proporciones colosales con garras que parecían capaces de desgarrar montañas. Cercei, sin inmutarse, ajustó su postura y preparó su cuerpo para el combate.

—Lo haré —respondió Cercei con calma—. Pero no subestimes mi fuerza.

El primer golpe llegó rápido. El guardián lanzó un zarpazo que Cercei esquivó con agilidad felina. El suelo bajo ellos se partió con el impacto. Cercei contrarrestó con un golpe directo al abdomen de la criatura, pero su piel era tan resistente que apenas se movió.

—¡No creas que será fácil! —advirtió el líder de los guardianes—. Mi guardián no se rinde fácilmente.

Cercei asintió y se lanzó hacia adelante, utilizando su velocidad de vuelo para esquivar los ataques. Con un movimiento fluido, tomó impulso en el aire y aterrizó sobre el guardián con una patada que hizo temblar la tierra. La criatura rugió de dolor y furia, contraatacando con un golpe de su cola que Cercei esquivó a duras penas.

El combate continuó con una serie de ataques y defensas, Cercei demostrando su maestría en artes marciales mientras la criatura mostraba una resistencia casi sobrenatural. Cada golpe que Cercei daba parecía apenas hacer mella en el guardián, y cada ataque de la criatura hacía que Cercei tuviera que emplear toda su astucia y agilidad para evitar el daño.

—¡Vamos, Cercei, no te detengas! —gritó Hala desde el borde de la arena—. ¡El reino está viendo!

Finalmente, Cercei, con un movimiento calculado, se lanzó al aire y, con un grito de esfuerzo, realizó un golpe descendente que atravesó la defensa del guardián. La criatura se desplomó, derrotada, y el silencio llenó la arena. El líder de los guardianes observó, satisfecho.

—Has demostrado tu fuerza —dijo—. Pero recuerda, la fuerza es solo una parte del desafío.

La segunda prueba llevó a Cercei a una caverna oculta, un laberinto de trampas y acertijos que se extendía hasta el infinito. Las paredes estaban cubiertas de inscripciones antiguas, y el aire era denso con la magia que emanaba de las paredes.

—Esta prueba no es solo física —dijo el líder de los guardianes—. Aquí, la inteligencia y la astucia son tus mayores aliados. Debes resolver los acertijos y superar las trampas para encontrar el camino a la salida.