Adán Aldama
Palabras y palabras salían de la boca de mi madre, cosa que era normal, ya que desde un principio ella quería que Hannah y yo nos casáramos, pero su plan fracaso cuando llegó Amely a mi vida, cosa que agradezco, porque ella me enseñó lo que es sentirse amado y amar con todas tus fuerzas, en este momento lo único que quiero es salir corriendo a buscarla, pero también necesito entender lo que está pasando, pues no quiero que las cosas terminen peor de lo que están en este momento.
Respiro profundo y miro a mi madre para poder entender lo que está diciendo, han pasado 30 minutos y no recuerdo nada de lo que dijo anteriormente, pues mi mente está en otra parte.
Hannah solo está junto a ella con una media sonrisa y haciéndose la víctima de toda esta situación, cosa que me causa mucho conflicto y ahora entiendo a lo que Amely se refería con respecto a Hannah.
— Adán, esta es mi última palabra, así que ahorita mismo sacas las cosas de esa mujer de esta casa y vas a hablar con el padre de Hannah, para decirle que comenzarán los preparativos de la boda. – Sus palabras fueron como un balde de agua fría, mi madre está mal, si cree que yo permitiré tal cosa.
— No, en primera no voy a sacar nada de mi casa, en segunda no permitiré que alguien lo haga y en tercera pero no por eso la menos importante, no me casare con alguien a quien no amo. – Dije firmemente , porque no permitiría que está casa la tocaran, pues trabaje muy duro para construirla y no dejaré que otra persona que no sea Amely, le cambié, le quite o le ponga algo.
— Hijo, tú no estás entendiendo, está casa ya es de Hannah también, porque está esperando un hijo tuyo, así que deberían de comenzar a sacar cosas que no sirven y traer las de ella. – Mi madre abrazo a Hannah regalándole una sonrisa victoriosa, la cuál les duraría muy poco, pues me quedé en silencio unos segundos para saber cómo decirles que su plan fracaso.
— ¿Esta casa de Hannah? – Pregunté con ironía. Ambas me miraron confundidas y seguí hablando. – Está casa está a nombre de Amely, por lo cual es la única dueña, así que no pueden sacar o meter algo sin su autorización, ni siquiera yo puedo hacerlo, así que les pido de la manera más amable que se retiren y si quieren que aclaremos todo esté problema, vayamos a otro lado.
— Adán como pudiste poner está casa a nombre de una cualquiera. – Rabia y coraje salía de la voz de Fernanda, pero no sé comparaba a lo que yo sentía, cada que le faltaban el respeto a Amely.
— ¿Cualquiera? Si la cualquiera está frente a ti, porque se metió con un hombre borracho y casado. – Dije señalando a Hannah.
— ¿Cómo te atreves a llamar así a la futura madre de tu hijo? – Fernanda se acercó a mi, con la intención de darme una bofetada, pero se lo impedí, pues la tomé de las muñecas y camine hacia atrás.
— Me atrevo, así como ella se atrevió a dañar mi vida con su presencia.
— Tu no estás casado, así que yo no me metí con un hombre casado y tú fuiste quien me busco en la puerta de mi casa. – Hannah hablo finalmente frente a mi madre y está la miraba detenidamente, para después asentir con la cabeza y mirarme a mi.
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ELIGE MI CARRIL <2>
Teen FictionDos carriles diferentes, que en cierto punto tendrán que unirse, pero nada será tan fácil como parece, pues ambos tienen una forma de pensar diferente, lo cual hace que la manera en que recuerdan lo que sucedió, los hizo continuar su vida de una man...