━━━04 -No Hagas Ruido-

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Ahora que Jake estaba en sus cinco sentidos, se podría decir que todo volvió a como hace tres días

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Ahora que Jake estaba en sus cinco sentidos, se podría decir que todo volvió a como hace tres días.

Ese jueves, ambos chicos se despertaron para ir a la universidad. Con pereza en sus seres compartieron pequeños picos y a los minutos, mientras uno se iba a bañar, el otro se dirigía a la cocina para preparar el desayuno. En el transcurso de la noche, el lobo del alfa aparecía cada tanto para lamerle la cara a su pareja como disculpa por haberle hecho llorar, como respuesta a esto Baeyung se dedicó a repetirle que no había problema con ello a la vez que le acariciaba la mejilla y el cabello.

El celo de Jake se había ido, pero aún quedaban los días en los que los síntomas. terminaban de desaparecer y el beta esperaba que fueran fáciles de manejar al igual que los días de calor del otro.

Después de salir de la ducha, Baeyung buscaba en el cajón algo de ropa con la bata de baño alrededor de su cuerpo hasta que sintió el calor de otro cuerpo detrás de él junto con unas manos que lo abrazaron por la cintura.

El alfa acercó su nariz a su cuello para olerlo y seguido a ello, lamió la marca que le había hecho para luego dejar pequeños besos sonoros allí.

—N-No hagas eso, acabo de bañarme.

—¿Y eso qué?—bufó.

—Aún duele.

—El dolor es pasajero, amor.

—También debo cubrirla.

Jake le gruñó en queja, sus ojos se pusieron azules involuntariamente, al lobo del chico tampoco le gustó la idea.

—No lo hagas.

—Jake, debo hacerlo—se giró para encarar a su novio, notando de inmediato al lobo. presente—. Sabes que no soy un omega, mi cuerpo no está apto para adaptarse a la marca, por lo que esto vendría siendo como una herida cualquiera y si no la trato se infectará. ¿Tú entiendes, no es así, alfa?

El menor asintió y sus ojos volvieron a la normalidad cuando el beta dejó un beso en su mejilla.

—Bien, ahora ¿sería mucho pedir que me prestes ropa? No he lavado la que tenía aquí y ayer usé mi último cambio.

—Por supuesto—el alfa sonrió—no tienes que preguntármelo, todo lo mío es tuyo.

Baeyung soltó una risa y movió la cabeza.

—De acuerdo—volvió hacia el cajón— ¿Ya hiciste el desayuno?

—¿Panqueques con tocino y chocolate caliente te parece suficiente?

—Perfecto, ahora te pediré que por favor salgas de la habitación, debo vestirme.

El otro lo miró con reproche en su rostro.

—Pero ya te vi absolutamente todo, cariño, ¿por qué no puedo?

—¡Vete a bañar!

Así fue como lo echaron de su propia habitación y no le quedó de otra más que obedecer a su beta.

Seven Positions | Jake Shim & Male Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora