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— ¿Por qué es malo? — preguntó Rosé

—No lo sé, simplemente no debería ser posible — respondió Lisa — Estás comenzando a sentir cosas, no te quemaste cuando Jennie te tocó. Es específicamente lo que las reglas dicen que no tiene suceder.

— No creo que sea tan terrible — dijo Rosé. — Sigo aquí y mis poderes siguen intactos.

— A ver tus alas — le ordenó Lisa

Rosé relajó sus hombros y de inmediato salieron sus inmensas alas. Aleteó un poco para estirarlas creando una ráfaga de viento dentro del departamento que llegó a mover a Lisa un paso hacia atrás.

—¿Ves? están completamente bien — mostró la rubia.

— Aún así no deberías confiarte — advirtió Lisa. —¿Cuánto tiempo piensas quedarte?

— Lo suficiente para tener respuestas — estableció Rosé — Quiero averiguar porque Jennie puede vernos y tocarnos, solo eso.

— Y me parece que no vas a averiguar nada si sigues comportándote como "no humana" — dijo la pelinegra haciendo comillas con sus dedos. — debes aprender más de los humanos en sí para acercarte más y ganarte la confianza de Jennie.

— ¿Cómo? — preguntó Rosé

— ¿En serio tengo que enseñarte todo? — interrogó Lisa y al ver que la rubia no emitió una respuesta, asumió que así debía ser.

—Bien — aplaudió la pelinegra — desde hoy quedas a mi cargo, te convertiré en toda una humana— se detuvo — digo, figurativamente.

—¿Y qué es lo que tengo que hacer?— preguntó Rosé

— Primero deberás dejar de ver a Jennie unos días — estableció Lisa.

— Pero... — protestó la mayor

—Nada de peros. Si no fueras un ángel sin sentimientos pensaría que estás enamorada — le dijo Lisa — En fin, comenzaremos con una maratón de películas, que retraten la vida tal cual como es. Escucharás música, saldrás a conocer la ciudad, finalmente intentarás insertarte en la sociedad.

— ¿Qué hay de ti? — preguntó la rubia — ¿no tienes trabajos que realizar?

— Se los pasaré a otros ángeles que me deben unos favores — explicó la menor

— ¿Qué clase de favor podría deberle un ángel a otro? — indagó Rosé

—No eres muy buena comandante si no sabes lo que pasa en tu propia legión — replicó Lisa. — Ahora empezaremos con las películas.

Lisa la llevó hasta el sofá del departamento la sentó frente al televisor a la fuerza y le entregó el control remoto.

— Elige algo que ver — le indicó la pelinegra.

— No sé como usar esto — respondió Rosé tomando el control remoto con dos dedos.

Lisa soltó un largo suspiro y dijo para sí misma

—Esto será un largo trabajo.

Habían terminado de ver 5 películas. Rosé estaba exhausta, no podía retener tanta información aunque las películas en esencia eran las mismas.

— ¿Cuál es la que más recuerdas?— interrogó Lisa

— Orgullo y prejuicio — contestó Rosé — Aunque sigo sin entender como el hombre, a pesar de que la protagonista lo rechazó siguió estando ahí para ella.

— Porque así es cuando te enamoras — le dijo la pelinegra — incondicional.

Rosé solamente guardó silencio intentando entender el concepto lo mejor posible.

Más Allá de lo Divino || CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora