III

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Dos días habían pasado desde que Rosé estaba en búsqueda de Jennie Kim, había ido a buscarla al hospital y en el estacionamiento del mismo, lugar donde habló con ella la última vez, la esperó todo el día y bien entrada la noche pero nada, nunca apareció.

Se encontraba tirada en el sofá del departamento pensando en que podía hacer, dónde encontrar a aquella castaña. Cuando de repente el timbre sonó, Rosé solo quedó mirando la puerta. 

—¡Rosé soy yo, ábreme! — sintió la voz de Lisa del otro lado.

—¿No podías simplemente aparecer en la habitación? — preguntó la rubia una vez que abrió la puerta.

—Estoy ayudándote a acostumbrarte al mundo humano— dijo Lisa. —Y bien ¿encontraste a Jennie? — preguntó.

—No, fui al hospital y no estaba allí— respondió Rosé.

—¿No sabes dónde vive? — preguntó Lisa y Rosé negó con la cabeza—¿Sabes algo más aparte de que se llama Jennie Kim? — Rosé volvió a negar, Lisa simplemente suspiró.

—Pero el día que la vi en el hospital estaba con otra mujer acompañada, quizás ella sepa— dijo la rubia y trató de caminar a la puerta pero Lisa la detuvo.

— Quizás deberías dejar eso para mañana, ¿has comido algo estos días? — pregunto la pelinegra

—No necesito comer, sigo siendo un ángel — respondió Rosé

— Si elegiste hacerte pasar por humano debes comportarte como uno, y eso implica comer. Además comer te hace sentir contenta— le explicó Lisa — hay muchas cosas deliciosas en este mundo por probar.

—¿Puedo preguntarte algo? — Rosé cambió de tema y Lisa asintió con la cabeza.

—¿Cómo es que siendo un ángel de la legión de la muerte no te han dado de baja? digo, puedes sentir y empatizar, eso está prohibido para nosotros. — interrogó Rosé.

—No lo sé, tu eres la árcangel mayor de la legión ¿por qué no me has desterrado?— le preguntó Lisa con una sonrisa.

—Pero yo no hice las reglas del pergamino — excusó la rubia.

—Al diablo con esas reglas — Lisa se calló un momento — digo... tu sabes lo que quise decir— rió nerviosa — lo único que sé que es real, es lo de tocar a humano, el resto patrañas, lo del plazo lo desconozco porque lo cumplí.

—Será algo que le pregunte a Basil cuando regrese — habló Rosé.

—En fin, te recomiendo que recorras la ciudad, aprendas de los humanos, sepas como abordarlos, hablarles y convivir con ellos — explicó Lisa — ¿o cómo pretendes hablar con Jennie cuando la encuentres?— Rósé se encogió de hombros. —¿ves? haz lo que te digo por hoy, y mañana continua tu búsqueda en el hospital.

—Bien — respondió Rosé — ¿Y donde debería ir?

—Hay una feria organizándose a unas manzanas de aquí, suelen haber juegos, comida y en la noche acostumbran a lanzar fuegos artificiales — relató Lisa — es buena instancia para que veas como se divierten las personas, que comen, como viven su tiempo libre y como se relacionan entro ellos.

—Pero no me interesa el resto de los humanos, quiero encontrar a Jennie — le dijo Rosé.

—Si quieres encontrarla y no parecer una psicópata que la está siguiendo te recomiendo tratar de comportarte como un ser humano decente — le advirtió Lisa.

— Agh, está bien. Iré — dijo la rubia entre dientes.

— ¿Acabas de quejarte? — le preguntó Lisa entrecerrando los ojos.

Más Allá de lo Divino || CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora