Capítulo 30

1.5K 112 11
                                    

Abigaíl.

Siento mis fuerzas decaer cada momento, ayer me han vuelto a atar pero esta vez con sogas, mis muñecas arden y mis hombros duelen por la posición tan incómoda.

No se como describir el dolor tan inmenso que siento en mi espalda. Pero me duele que Bella no ha venido por mí... ¿Y si dejó de amarme?, ¿Será que ya no le importo?, quizás encontró a alguien más, tal vez no soy lo suficiente para ella.

Basta Abigaíl, suficiente de pensamientos negativos.

Escucho la puerta abrirse y veo a Iván entrar, trae una bandeja con agua y un sándwich y lo deja en la mesa.

—¿Cómo te sientes? —me cuestiona el.

—Peor que antes.

Se coloca detrás de mi y revisa mi espalda.

—Las heridas se te han infectado Abi.

—¿No puedes hacer nada?.

—Mientras te sigan golpeando con eso, pues no. Pero volveré a aplicar alcohol.

Asiento con la cabeza.

El afloja un poco las sogas que atan mis muñecas. Su rostro se torna preocupado, toca mi frente con su mano.

—Abi estas ardiendo en fiebre.

—Lo supuse, mis ojos arden.

Iván agarra el vaso de agua, lo coloca en mi boca y bebo el agua. Se acerca a mi espalda nuevamente y comienzo a sentir el ardor del alcohol.

Termina con mi espalda y me comienza a dar el sándwich.

—Ya no puedo más Iván, mi cuerpo cada vez duele más, me siento demasiado débil. —le digo.

—Debes ser fuerte, resiste un poco más. Isa vendrá por ti.

—Quizás ya dejó de amarme y se olvidó de mi.

—No digas eso.

Su celular comienza a sonar. Lo saca de su bolsillo y su ceño se frunce.

—¿Iván ocurre algo?.

—Tu amada, está aquí en Rusia, pero no ha venido sola. —me dice el dejándome completamente atónita — Viene por ti Abi.

Escuchar eso es un alivio demasiado grande. Mi mujer está aquí...

—Debo irme, estarás bien ¿Si?. Ten paciencia.

Asiento con la cabeza.

—Cuídate Iván.

Me da una linda sonrisa y sale.

Respiro profundo par de veces.

—Ven pronto cariño.—digo en un susurro.

La puerta se abre de golpe haciendo que me sobresalte, veo a Dmitry entrar junto con otro hombre que inmediatamente reconozco.

Ya no es el mismo hombre refinado que conocía, su corbata está hecha un desastre su traje arrugado y un vaso de whisky en su mano...

—Al parecer no te amaba lo suficiente, tanto drama por una mujer y no ha hecho nada por intentar salvarte. Que lástima, tu princesa azul se olvidó de ti—habla el.

—Púdrete.

Bella.

Llegamos hace algunos minutos a Rusia y mi madre nos ha traído a una casa que no está muy lejos de la mansión de la mafia rusa, estoy tan cerca de poder tener a Abi en mis brazos.

Una nerd y una mafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora