19- Las heridas del pasado

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El día que acepte ser el esposo de Jeon Jungkook, ese día también jure que no lo dejaría.

Jure que estaría con el, en las buenas y en las malas.

No importa lo tormentoso que sea, si el se caía ahí estaba yo a su lado para levantarlo.

Sabía que había algo retorcido en su pasado, algo que cuando supiera exactamente que era, iba a lastimarme, porqué a pesar de que no sucedió mientras estuvo conmigo, es algo que lo hizo sufrir.

Y sea lo que sea que lo haga sufrir, también me hará sufrir a mi.

Porqué no soy solo su esposo, soy su compañero, amigo y su otra mitad.

Por eso curar sus heridas era lo primordial para mí justo ahora.

Con cada beso que le daba, con cada toque y suspiro le demostraba que no tenía intenciones de hacerle daño, a pesar que de apretara sus ojos, cerrandolos con fuerza y su cuerpo temblará debajo de mi, debía hacerle entender que no le haría daño.

Nunca lo haría.

- ¿Quieres que desamarre tus manos amor?

El asintió sin pronunciar palabra alguna.

Porque tiene miedo y cree que voy a lastimarlo.

Aún así...

Desamarre la corbata en sus manos y tome su cara por sus mejillas, acariciandolas con mis pulgares.

- Mírame.

Pensé que se negaría o que no lo haría, sin embargo cuando sus ojos se abrieron y vi la humedad en ellos, entendí que esto era mucho más fuerte de lo que creía.

La odie, odie con toda mi alma a esa mujer que fue capaz de convertir a Jungkook en lo que era ahora, a pesar de haberme enamorado de él y haberlo conocido siendo así, no podía evitar sentir nostalgia al saber que nunca conoceré a ese Jungkook tierno, mimoso y dulce del que su madre con mucho cariño me habló.

Todo por culpa de esa mujer.

Sus manos temblorosas fueron a mi cintura y la apretaron.

- No, no quiero que sientas que debes hacer esto.- el trago grueso.- ¿Confías en mí?

Ni siquiera lo dudo, ni siquiera pensó cuando asintió mirando mis ojos.

- ¿Me permites hacerlo?

Su mirada era penetrante, sus manos temblaban al igual que su cuerpo, pero el, el no desistió y solo asintió tragando grueso.

Yo sonreí y me acerque para besar sus labios.

Se lo asustado que está, se que tiene miedo...

Mis labios se fundieron en los suyos, mis manos acariciaron sus mejillas limpiando aquellas lágrimas que habían empezado a salir.

Ahora era tan frágil y dócil, que no podía pensar en nada más que cuidarlo y protegerlo.

Aún que sea un hombre de más de cuarenta años, más grande que yo en cuanto tamaño y músculos, no me importa, es mi bebé grandote, voy a cuidarlo de todas maneras.

Mis brazos se enrollaron en su cuello y pegue mi cuerpo al de el.

Quería que me sintiera, que supiera que no había nadie más que yo con el justo ahora.

De esa manera baje mis besos a su mandíbula y los estampe en su cuello, mis manos fueron a su camisa desabotonandola lentamente mientras yo saboreaba su piel levemente bronceada, bañada en su perfume, porque no había nada mejor que el olor y sabor de mi esposo.

SR JEON #2 +21✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora