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Las omegas siempre han sido más vulnerables, más si estaban embarazadas como Becky, últimamente las calles eran más peligrosas, por lo que la omega siempre ha sido acompañada a casa si es que sale muy tarde de la universidad.

Varias veces Heng o Irin la iban a recoger, pero esta vez quería caminar sola, y aunque Irin había insistido en ir a recogerla, esta se negó y claro que le avisó a Heng con anticipación que se iría a casa sola.

Realmente Becky no creía que algo le iba a pasar, realmente lo creía hasta que se encontró en esta posición, donde un alfa mucho más grande que ella, y eso que Becky era alta, pero este hombre le ganaba en estatura y complexión, dejando a la omega intimidada ya que él hombre la tenía acorralada.

Ya había estado a nada de llegar a su hogar, pero desde que había bajado del autobús había sentido una presencia tras de ella, Becky intento pensar que era una coincidencia pero la presencia se fue acercando a cada paso que ella daba y así terminó siendo agarrada por una persona desconocida, Becky intentó zafarse del agarre, pero no era fácil para ella.

"No intentes luchar, o te ira peor"

El hombre agarró el rostro de la omega e hizo que lo viera, mientras el alfa escaneaba a su presa.

"Eres tan linda, te he estado siguiendo y viendo tantas veces pero siempre habías estado rodeada de alfas y ese beta amigo tuyo, me preguntó..."

El hombre posó su mano en el vientre de la omega, Becky en esos momentos sintió tanto miedo, no quería ser tocada, no quería estar ahí, tenía miedo, quería usar su voz omega, pero no salía nada de ella, estaba muda por el miedo.

"Me pregunto de que alfa es tu cachorro o tal vez ni siquiera sepas de quién es el bastardo"

Las manos del alfa se paseaban por los costados de la omega asustada que sollozaba y se removía intentando zafarse del agarre de ese hombre, odiaba la sensación de sus manos tocándola como si fuera de su propiedad.

"Ni siquiera tienes una marca de apareamiento,
¿debería ayudarte con eso? Ser tu alfa y darle un padre a tu bastardo."

Becky quiso gritar ante esas palabras su cachorro no era ninguna bastardo no iba a dejar que hablaran así de su bebé, como pudo Becky reunió las fuerzas necesarias para separarse de su agresor dándole una patada, tal vez no lo lastimo pero si lo distrajo lo suficiente para que la omega pudiera huir.

El alfa agresor gruño antes de correr tras ella omega. "Maldita puta, pagaras por esto."
Becky corrió lo más rápido que podía, pero no podía ser tan rápida por su embarazó y estaba solo a una cuadra de su casa, creía que podía hacerlo, pero en el momento que iba a cruzar la calle fue tomada de su muñeca con fuerza y jalada haciendo que sus piernas perdieran el equilibrio y cayera al suelo, el sonido de su caída resonó en las calles solitarias.

"Te enseñaré a respetar a un alfa, maldita omega"

Becky no era alguien que se doblegara ante los alfas, pero este estaba usando su voz de mando tanto que no pudo evitar encogerse sintiendo demasiado miedo, en esos momentos ya estaba demasiado indefensa, la voz de mando de su agresor la tenía demasiado intimidada.

"Tal vez debería golpearte hasta que tu bastardo ya no exista, tal vez eso te enseñe a no ser una perra"

"No..."

La voz de Becky era débil mientras se encogía y trataba de proteger a su cachorro, en esos momentos realmente Becky estaba tan asustada que su omega como podía usaba su voz intentando llamar a alguien, pedía ayuda para salir de esto, solo quería que su bebé estuviera bien.

Aunque sabía que no estaba emparejada con nadie, tenía la esperanza de que alguien viniera a ayudarle.

Aun así Becky se estaba preparando para lo peor, sabía que en cualquier momento ese hombre la lastimaría así que ya solo estaba esperando que en cualquier momento cayera en ella algún golpe.

NUESTRA OMEGA SUSTITUTA             Donde viven las historias. Descúbrelo ahora