Feliz navidad uwuuwuwu

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hola mis mortaamigos, estoy escribiendo desde mi pc asike si antes tenia un ortografia de los mortakojones, ahora peor, esta es la parte 2 del epecial navidad (ya pasaron como 94859485 años y recien termino esta cosa)

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Randal, decidido, se alistó para salir con el dinero de sus ahorros. Sabía que esas figuras detalladas de madera no eran precisamente baratas, pero valdría la pena si se trataba de ver feliz a su mejor amigo. Quizás terminarí en banca rota, pero ese era el costo de ver la sonrisa del chico que tanto le gustaba, aunque solo como amigos, claro.

Al entrar a la tienda, notó un montón de figuras. Buscaba aquel tren específico hasta que finalmente lo encontró. Mientras se dirigía hacia él, el vendedor se le adelantó, tomó la figura y la empaquetó. Randal se quedó calculando unos segundos, solo para darse cuenta de que otro chico ya se la había llevado. Justo cuando tenía el regalo perfecto, alguien llegaba y aplastaba sus ilusiones, pero Randal no lo iba a permitir, no cuando la sonrisa de su amigo estaba en juego.

Detuvo al chico a las afueras de la tienda, negándose a irse a casa con las manos vacías.

—¡Hola! —saludo—. Esa es la última figura del tren, ¿verdad?

El chico, desconcertado por la repentina aparición del pelirrojo, le respondió incrédulo:

— ¿Uh, sí? Dijeron que en un mes llegarían más.

— Entiendo. Verás, yo no puedo esperar tanto tiempo. Quería ese tren de regalo de Navidad para alguien... especial, y ya sabes, es mañana. No puedo esperar un mes.

— Lo siento por ti. Espero que puedas encontrar un regalo para tu ser querido.

El chico, obviamente incómodo, intentó irse, pero Randal no se quedaría de brazos cruzados.

— No me estás entendiendo. Quería saber si tú podrías darme el tren. Te lo pago, así no estarías perdiendo nada. Piénsalo.

— Lo siento... Yo ya lo compré y no pienso venderlo. Son de colección.

— Oh, vamos, una figurita faltante no te va a afectar en nada.

— Lo siento, joven. Ya le dije que no.

Pasaron varios minutos donde Randal insistía en poder comprarle el tren e incluso le ofrecía pagar más que su costo original. El chico siempre se negaba, hasta que un señor de seguridad los separó.

Randal lo dejó ir. Ya conseguiría otra forma de conseguir aquel tren, una forma mucho más efectiva...


Al día siguiente, varios se reunían para pasar la Navidad y celebrar juntos. Preparaban la cena y añadían los últimos adornos; los más perezosos dejaban todo para el último momento. Randal estaba emocionado por la reacción que tendría Satoru con su regalo.

En la fría noche, los dos amigos estaban a punto de abrir los regalos que se habían dado el uno al otro. Randal fue el primero. Al abrirlo, se encontró con uno de sus mangas favoritos. Sin dudarlo, Randal le dio un abrazo (sin connotaciones románticas), y ambos rieron, pero se calmaron al recordar que el hermano de Randal estaba en la cocina.

Llegó el turno de Satoru. Randal sintió que Satoru tardaba mucho en abrir su regalo. Cuando finalmente lo abrió, el tren que tanto había deseado estaba en sus manos. Se quedó mirando la figura, sin expresión aparente. Por un momento, el pelirrojo pensó que quizás no había elegido el regalo correcto, pero luego vio a un Satoru emocionado abrazándolo fuertemente, con  pequeñas lágrimas de alegría, supuso. 

— ¡DIOS RANDAL TE QUIERO DEMASIADO, NO ERA NECESARIO PERO IGUALMENTE MUCHISIMAS GRACIAS—dijo Satoru.

Un rubor rojizo apareció en las mejillas del pelirrojo, y correspondió al abrazo.

— Ja, no hay de qué. Sabía que te gustaría, aunque fue difícil elegir el regalo adecuado —respondió Randal.

Ambos compartieron un cálido momento juntos, riéndose de la reacción de Satoru, como si fuera un niño pequeño, lo cual era inusual viniendo de él, ya que solía mantener una expresión neutral ante las cosas.

— Realmente gracias, Randal. Supongo que esto debió haberte costado mucho dinero. Son de colección. No era necesario, de verdad —agregó Satoru.

-"No hay de qué, era totalmente necesario si se trataba de verte feliz", dijo Randal, halagado pero con un leve sonrojo por lo último dicho. Los dos chicos se reían nerviosamente por el comentario del pelirrojo.

-"Igualmente me gustó mucho tu regalo. Era el tomo que me faltaba", dijo Randal.

-"Tsk, no era muy difícil de suponer. ¿Cómo lograste comprar el tren? Digo, son muy limitados, y la última vez que pregunté quedaban como 2", preguntó Satoru.

-"Digamos que tuve suerte de que no se agotaran... Sehh"




En un callejón oscuro-

-" maldita sea no debí de venir por aquí" decía aquel chico que randal intento convencer de venderle la figura.

-" eh?" el joven volteo con el aliento en seco luego de sentir que le tocaron el hombro. Visualizo a aquel señor encapuchado

-" tu decides, te entra el pito o la bala, pero de que me sueltas ese tren, lo sueltas"

Un par de balazos se oyeron por aquel callejón donde el tipo encapuchado traía el tren en manos para entregarlo al que le había pagado por traerle aquella figura.



- Amor? - ( beta!randall x satoru )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora