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A lo lejos notaba a sus padres disfrutando de un día de campo junto con tres niños, tenía un nudo en la garganta no podía reclamarles ni siquiera les importaría además tampoco es como si pudieran verla. Ya no formaba parte de sus vidas y lo sabía perfectamente.
—Oye Tilín, ¿otra vez viendo a tus padres?
Esta solo asintió mientras su mirada seguía fija en esa familia.
—¿Por qué con ellos si y conmigo no? —murmuró para luego voltear a ver a aquel chico con overol — Miralos son tan felices con Lullah, Richas y Pepito.
La pequeña azabache empezó a sollozar y trataba de secar las pequeñas lágrimas que caían por sus mejillas, solo quería haber podido vivir eso. Ni siquiera había podido conocer a su otro papá y ahora se enteraba que este trataba a Tallulah como una hija.
—Lín no los puedes culpar, él tío Quackity no sabía cómo cuidarte a la perfección e hizo lo mejor que pudo y el señor Luzu no pudo estar presente para conocerte.
Argumentó aquel castaño mientras se sentaba junto a Tilín.
—No quieras defenderlos Bobby. Miralos cambiaron y ahora son "una linda familia feliz" —dijo mientras hacía comillas con sus dedos —Yo jamás les importe realmente.
El contrario se acercó más a la azabache y la abrazo. Aquella niña no puedo más y siguió llorando agradecía a su primo estar allí para ella.
—Lín no te preocupes, te diré algo y no importa que no me creas. —le dijo mientras se se separaba de su prima —Se que puedes creer que tus padres no te querían, pero no sabían cómo ser padres y no puedes culparlos por algo que el destino o la federación decidió así. Si has visto que han mejorado es por qué quieren enmendar los errores que cometieron contigo.
Aunque para ella aún fuera difícil de aceptar tenía que entender que era cierto lo que Bobby le decía, estaban mejorando tanto como persona y como padres.
Seco sus lágrimas y se puso de pie.
—Creo que tienes razón gracias Bobby, creo que debemos regresar o si no Flippa y Trump se preocuparán.
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— Mira apa qué bonitas flores, además te hice una corona de flores.
Lágrimas caían de los ojos de aquel azabache con ese recuerdo que venía a atormentarle, se sentía culpable. ¿Como había sucedido?, su pequeña niña se había ido y todo por su culpa. Si tan solo hubiera estado para ella esto nunca habría pasado.
—Quacks, ¿Estás bien?
El mencionado asintió mientras secaba sus lágrimas.
—Si gracias Lusu, solo —dio un pequeño suspiro para dejar el moño de su pequeña hija en aquel cofre. —Solo quería sentir que tal vez estaba un momento conmigo.
Aquel castaño sabía lo que Quackity estaba sufriendo, había perdido a su pequeña niña ya hace casi un año y todos los días era lo mismo, culparse de la muerte de Tilín aunque él no hubiera podido hacer nada.
—Quackity se que no tengo ningún derecho para opinar en esto. —dio un pequeño suspiro para continuar —Pero creo qué no es bueno que te sumerjas en esos pensamientos. A ella no le gustaría verte así.
Y aquellas palabras fueron la gota que derramó el vaso.
—¿Y cómo lo sabes Lusu? ¿O cómo estás tan seguro de eso? ¡Ni siquiera la llegaste a conocer!
Quackity estaba molestando, según él, Luzu no tenía ningún derecho de hablar de su pequeña. Luzu nunca apareció cuando Tilín estaba viva. Apareció luego de su muerte y ahora quería decir que sabía cómo había sido la personalidad de Lín cuando jamás cruzaron palabras.
—Quacks no es lo que quise decir, solamente creo que a ella tal vez le gustaría que tú puedas volver a tener una vida normal sin estar culpandote. No puedes engañar a todos siempre diciendo que estás bien, el estarte atormentando con que su muerte fue tú culpa, solo hace que te alejes e inconscientemente alejas a todos los que te queremos.
Aquel híbrido de pato ya ni siquiera se sentía bien quería llorar pero no le gustaba verse débil por lo cual optó por retirarse de ese cuarto dejando hablando solo al castaño.
Quackity había salido a tomar aire fresco, en una forma era cierto lo que su pareja le decía el estar atormentado con la muerte de su hija no hacía más que alejar a las personas que amaba.
—¿Carita sonriente?
Escucho una pequeña voz que reconoció perfectamente.
Tallulah, aquella pequeña niña que adoraba, pero había decidido alejarse por seguridad de la misma.
—Ah hola Tallulah ¿Y ese milagro que te apareces por aquí? —pregunto tratando de sonar lo más normal que pudiera, no quería preocupar a la pequeña castaña.
—Pues la verdad quería invitarte a ti y al señor Luzu a un picnic con Richas y Pepito.
Quackity quería negarse, pero había algo que hizo que no lo hiciera.
Los tres niños en una forma siempre lo hacían sentirse bien y un poco alegré, así que no podía negarse ante el pedido de la pequeña.
—Claro Lullah, aceptó la invitación, ahora vamos por Luzu, estoy seguro que a él también le encantaría ir con nosotros.
Regresaron a casa del azabache con una pequeña sonrisa en el rostro de ambos.
Tal vez Luzu tenía razón y podía empezar a cambiar y ser una mejor versión de él para esos niños que lo amaban. Daría lo mejor, lo que no le pudo dar a su pequeña niña.
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Después de una semana más o menos traigo actualización espero les guste
