La bodega descuidada y muy concurrida resulto ser un sitio donde se dan las peleas ilegales. No sé y ni quiero preguntarle a Zoe como es que conoce este lugar.
Llevo unos diez minutos esperando en el baño por mí querida primita, cabe decir que ella y baño juntos no es una buena combinación, dura años metida ahí. Una razón más para agradecer tener mi propio baño en mi recamara.
Con lo poco que pude observar cuando entramos, es que no parece una bodega desde el interior, está llena de asientos rodeando un ring ubicado en medio del lugar, los reflectores estaban apuntando hacia el ring ya que había unos hombres compitiendo pero nadie les prestaba atención, entonces ¿a qué viene la gente?
El sonido de la puerta abriéndose me saco de mis pensamientos, Zoe salió del cubículo y se acercó hasta donde yo estaba para lavarse las manos.
-Ya quiero que empiece la pelea estelar- agarro un poco de papel para secar sus manos- Muero porque veas al bombón de Caleb en acción, créeme Alex cuando te digo que te dará un infarto por lo sexy que es-tiro el papel en el bote de basura y nos encaminamos hacia afuera.
El aire se sentía diferente y olía diferente, era una mezcla entre alcohol, cigarrillos y sudor, créanme que es un olor desagradable.
-Vamos Alex, hay que tomar asiento antes de que agarren los mejores lugares- literalmente me tomo por la muñeca de mi brazo y me llevo hacia los primeros asientos del lugar, estábamos a cinco pasos del ring.
-¿No crees que es un poco cerca?- mi prima me volteo a ver incrédula- ¿Qué tal que esto se pone mal y nos terminan lastimando?
-Tranquila Alex, estamos más seguras aquí que entre toda la gente- señalo hacia los asientos de atrás los cuales estaban completamente llenos, ¿en qué momento se había llenado?
Antes de poder decir algo, todo el lugar se quedó a oscuras, inmediatamente abrace a Zoe, las luces del ring se prendieron enfocando a un hombre, el cual deduje era el réferi. El hombre, que no pasaba de los 50, tomó el micrófono y empezó a hablar.
- Esta noche es una de las más importantes de Los Ángeles, esta noche es el regreso de uno de los más temidos e importantes boxeadores de la cuidad- se escuchó un gran grito por parte de la multitud- ¿Están listos para presenciar una de las mejores peleas de sus vidas?- el grito se escuchó más fuerte, si es que se podía. - Sin más preámbulo, en esta esquina, con 75 kilos, 1.73 metros de altura, Josh "Torbellino" Harries- se volvió a escuchar ruido y aplausos, mientras que un joven peli negro, no más de 21 años, caminaba entre la multitud envuelto en una bata con capucha y sus guantes rojos, en los cuales está grabado su apodo. Se subió al ring y se posicionó en el lado derecho de este, sus entrenadores le quitaron la bata, dejando ver su cuerpo, tenía un tatuaje en el pecho, justamente en donde está el corazón, era una rosa, la cual continuaba hasta cubrirle todo el brazo izquierdo, sus ojos eran azules, tenía unas buenas facciones, y ni hablar de su abdomen.
Me quede observando un buen tiempo al tal "Torbellino", hasta que la voz del hombre de hace unos minutos, me hizo enfocarme en él.
-En esta otra esquina, con 1.90 de altura y 84 kilos, con ustedes, Caleb "El Diablo" West - el lugar se llenó de gritos, aplausos y piropos vulgares por parte de las mujeres.
No entiendo porque se emocionan tanto por un boxeador que de seguro ni siquiera sabe... ¡Oh por dios! Delante de mí tenía al hombre más caliente que jamás haya visto.
Sus piernas muy bien tonificadas al igual que sus brazos, su espalda era muy ancha, y ni hablar de su abdomen esculpido por los mismísimos dioses y su 'V' marcadísima. Tenía todo el brazo derecho tatuado, una frase de hombro a hombro, más tatuajes en su costado derecho y un corazón negro cerca de la cadera, si su cuerpo era magnifico su cara era mejor. Sus facciones eran perfectas, desde sus cejas bien cuidadas hasta sus bellísimos ojos grisáceos y su pelo castaño, simplemente perfecto.
Subió al ring sin ningún problema y tomo su lugar, empezó a saltar un poco en su lugar mientras acomodaba mejor sus guantes negros. Al parecer sintió mi mirada ya que levanto la suya para mirarme directo a los ojos, para después recorrer mi cuerpo mientras se mordía el labio y me dedicaba una sonrisa cómplice. Mierda.
-Ese mi querida Alex, es el dios griego de L.A , Caleb "El Diablo" West- Zoe me miro directo a los ojos- solo te advierto algo, no te metas con El Diablo si aprecias tu vida y no quieres probar un poco del infierno- por su torno de voz pude deducir que no jugaba.
Maldición, la pelea termino hace cinco minutos, "Torbellino" quedó irreconocible, su ojo izquierdo quedó completamente morado y cerrado, su ceja izquierda con un corte, su nariz y labio corrieron con peor suerte.
La gente empezó a dispersarse acabada la pelea y anunciado el ganador de la noche, "El Diablo" sí que es el mejor que he visto.
Zoe y yo seguimos a la gente hacia la salida, me sentía aliviada de ya no estar ahí adentro. Me subí en el carro de Zoe, dispuesta a descansar de una vez y quitarme estos tacones que me están matando.
-Zoe apúrate- le pedí a mi prima- ya puedo sentir la suavidad de mi colchón recibirme- cerré los ojos al imaginar dicha sensación.
-Nadie sentirá nada de eso hasta dentro de un rato más-abrí mis ojos rápidamente para observar cómo me sonreía- Iremos a una fiesta no muy lejos de aquí- prendió el carro y le dio marcha- Es una fiesta que ofrece el team del ganador en forma de celebración por la victoria. Y como es el regreso de "El Diablo", se pondrá fenomenal y obvio no podemos faltar.
Fruncí el ceño de solo pensar que pasaría más tiempo rodeada de gente y extraños olores. Preferí no discutir ya que sé que era imposible ganarle y hacer que cambie de opinión.
Despues de unos quince minutos andando, llegamos a nuestro destino. Una casa enorme con muchos carros estacionados alrededor y luces de colores por todos lados. Nos bajamos del coche al encontrar un lugar de estacionamiento, al llegar a la puerta dos hombres grandes y vestidos de negro nos abrieron la puerta para pasar al interior de la casa.
El interior parecía una escena sacada de una película típica americana. Gente bebiendo de vasos rojos mientras bailaban en la pista improvisada de baile. El humo de cigarro mezclado con otro humo que puede diferenciar como marihuana me hizo toser.
Zoe me grito algo pero no logre descifrar lo que dijo por la música altísima, solo sentí cuando me soltó la mano y la vi alejarse y perderse entre la gente.
Fui detrás de ella despues de reaccionar, pero no la encontré por ninguna parte. Llegue a la cocina del lugar y como estaba vacío, decidí quedarme ahí hasta localizar a Zoe.
No había sentido la sed que tenía hasta que vi el ponche con hielos que estaba frente a mis ojos, tome un vaso de plástico rojo que estaba al lado del ponche y me serví un poco. Al dejar la cuchara del ponche en su lugar no me di cuenta y termine tirando todos los vasos restantes al piso. Me agache a recogerlos.
-Si las vistas siempre serán así con gusto entrare más seguido a mi cocina- una voz ronca hizo que me paralizara en mi lugar.
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EL DIABLO *REESCRIBIENDO*
Teen FictionNo te metas con El Diablo si aprecias tu vida y no quieres probar un poco del infierno.