CAPÍTULO 13

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No había otra opción. Tenía que eliminar a Donghyuck del estudio, eliminar a Donghyuck y reincorporar a Mackie. Mackie, quien había estado deprimido y con medicamentos desde que Renjun lo desterro de sus charlas. Mackie, que había estado encantado de ser el participante número uno, Mackie, que merecía un pequeño pedazo de felicidad.

Donghyuck entró en la habitación, agitando la parte inferior de su camiseta.

—Wow, hace calor aquí.

—Siéntate.— le espetó Renjun.

—Te ves un poco tenso.

—No hay una manera fácil de decirlo, así que solo voy a dejarlo salir. Te voy a sacar del estudio.

Donghyuck movió la mandíbula y luego estiró del cuello hacia delante.

—¿Esto es acerca de la semana pasada?

—No debería haber ocurrido.

—Nadie vio.

—Aún así, tengo que sacarte, para que no vuelva a suceder.

—Me quitas, y les diré a todos que me viste venirme.

—Eso no fue lo que pasó.

Los ojos oscuros de Donghyuck brillaron.

—Eso es exactamente lo que fue. Me dejaste terminar, y luego saliste corriendo de la habitación. No te preocupes,  me deshice de la evidencia en el suelo. Nuestro secreto está a salvo.

—No puedo tenerte en el estudio.

—Lo harás. De lo contrario, lo diré, y todo tu duro trabajo se desperdiciara.

—¿Tú...tú has planeado eso?

Donghyuck se encogió de hombros.

—Llámalo...seguridad, respaldo, en caso de que intentaras desconectar nuestras charlas como lo hiciste con Mackie.

Renjun entrecerró los ojos.

—¿Por qué demonios estás haciendo esto?

Donghyuck se recostó en su silla y se hizo un gesto a sí mismo.

—¿Yo? Tú eres el que está tratando de arruinar esto, no yo.

—Me estas chantajeando para mantenerte en el estudio.

—La cosa sobre el seguro, es que casi nunca se necesita. Me obligarte a hacerlo. Se trata de poder, y lo tengo sobre ti.

—No puedo creer que pensé...

—¿Pensaste qué? ¿Somos amigos? Lo somos, pero intentaste arruinar esa amistad, y no puedo permitirlo.

—Esto es solo un juego, ¿no? Algo para pasar el tiempo.

—¿No es eso lo que la vida es?

Renjun apretó los dientes y miró la mesa.

—Sé que disfrutas de nuestras pequeñas charlas, yo también las disfruto. Lo admito, la semana pasada lo llevé demasiado lejos, pero tenía que estar seguro.

—¿Seguro de qué?

—Que no puedes desconectarnos, y que te excité hasta el punto de que te masturbaras en los baños del personal.

Renjun se tapó las orejas.

—Bastardo.

—Mira, me equivoqué, no tú. Continuemos con el estudio, no hay daño.

LE PSYCHOPATE 「RenHyuck」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora