Parte 7

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La explosión la envía hacia arriba en otra fuerte corriente de agua. Cuando logra sacar la cabeza de esta agua, puede ver diferentes animales nadando apresuradamente a su alrededor y un cielo que se oscurece.

Al parecer, se avecina una tormenta. El peor momento para estar completamente perdida en mar
abierto.

Y rodeada de animales salvajes que no parecen muy amigables en este momento, ruega que ningún animal esté en busca de un bocadillo pre-tormenta electrica.

Pero uno de esos grandes animales, parece un tiburón, pasa bastante cerca de ella por alguna razón. Por instinto se vuelve a meter por completo al agua pero solo se encuentra con la misma vista multiplicada, los animales están reaccionando a la tormenta.

Aunque algo la asusta más en su propia cabeza: la reliquia de corona está compenetrada en su cabeza pues su bordes se han extendido hasta tocar su frente y se han vuelto uno mismo con su piel.

No le duele, no hay heridas, simplemente la corona está incrustada en su cabeza ahora.

Susan no sabe si estar asustada de la joya o agradecida pues al ponérsela pudo alejarse la horrible bestia brillante y salir del fondo del mar. Por ahora, lo más importante es regresar a su familia.

-Si pudiste sacarme ese lugar oscuro, tal vez puedas llevarme de nuevo con mis primas -dice Susan, buscando la dirección de donde cree que está la playa de donde fue lanzada por la Giseel, y donde Layra debe estar esperándola pues sabe que nunca la dejaría en un momento así.

Siente que empieza a avanzar en esa dirección, pero la sensación es completamente diferente a cuando fue arrastrada hasta el fondo; esta vez siente su propia voluntad de ir hasta ese lugar aunque la velocidad es igual de intensa que la experiencia anterior. Esta vez va directamente por la superficie en lugar de irse hundiendo y puede ver cómo el cielo se va tornando más oscuro.

Las olas y el viento también se vuelven más salvajes, pero gracias a la velocidad de la fuerza que la empuja hacia lo que ella cree es la playa desde la que fue arrastrada.

-Supongo que son ustedes, ancestros, gracias -dice Susan y lamentablemente vuelve a desmayarse pues está agotada de todo el esfuerzo físico que se ha visto forzada a realizar durante todo este viaje.

Un rato después, despierta aún nadando a una velocidad menor. No está en la playa aún pero puede visualizarla desde ese lugar a lo lejos. El cielo está algo oscurecido pero despejado así que está atardeciendo pero pudo dejar la tormenta atrás.

Está más descansada y feliz de estar por estar cerca de regresar a tierra firme con Layra, ya no le alegra la idea de ver a Giseel en realidad.

Decide detenerse por un momento a pensar en cómo debería lidiar con esto que le ha hecho vivir su prima y lo que ha aprendido de la bendita reliquia que nunca quiso en su vida. Esto hace que se hunda un poco y su cabeza vuelve a estar debajo del agua. Mira hacia abajo y lanza un fuerte grito.

Ya no están sus piernas.

Ahí estaba la causa de su dolor cuando se puso la corona: un apéndice extraño en lugar de sus piernas, una gran cola con altea en su punta y cubierta de escamas verdes tornasolado pegada a su cuerpo.

Tal vez debería desmayarse de nuevo.

Aventuras por cielo y mar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora