El fin de semana había llegado, y con él, una sensación de anticipación y emoción palpable en el aire. Alex se encontraba en su habitación, revisando los mensajes en su teléfono mientras se preparaba para la noche de fiesta. Había sido invitado a una fiesta en la casa de su mejor amigo Jake, y aunque se sentía un poco nervioso por ir solo, también estaba emocionado por la posibilidad de salir de su zona de confort y socializar un poco más.
Después de cambiarse de ropa varias veces y de convencerse a sí mismo de que no importaba demasiado cómo luciera, Alex finalmente salió de su casa y se dirigió hacia la fiesta. El sonido de la música retumbaba en la calle mientras se acercaba, y pronto se encontró frente a una casa grande y bulliciosa, con luces parpadeantes y risas flotando en el aire.
Al entrar, Alex se sintió abrumado por la multitud de personas que llenaban el espacio. Reconoció a algunos de sus compañeros de clase, como Emily y David, quienes estaban charlando animadamente cerca del sofá, y a otros que solo conocía de vista. Sarah y Matt estaban a su lado, moviéndose al ritmo de la música y riendo entre ellos.
Alex se unió a ellos, dejándose llevar por la atmósfera festiva. Bailó con Sarah y Matt, sintiéndose más relajado y seguro con sus amigos cerca. La música vibraba en el aire y las luces parpadeantes creaban un ambiente animado y emocionante.
Sin embargo, la diversión se interrumpió momentáneamente cuando Sarah anunció que iba al baño y Matt decidió ir a hablar con Jake. Alex asintió, despidiéndose con una sonrisa mientras observaba cómo se alejaban. Decidió tomar un breve descanso y se dirigió a la cocina en busca de algo de ponche para refrescarse.
Mientras se servía un vaso de refresco, Alex escuchó una voz familiar a su lado. Se giró para ver a Leo, con una sonrisa radiante en el rostro.
-"¡Hola, Alex! ¿Cómo estás?"- Saludó Leo, con un brillo en sus ojos.
Alex se sorprendió gratamente al ver a Leo allí. Aunque habían compartido algunos momentos juntos en la universidad, nunca habían hablado mucho fuera de clase. Pero ahora, con la música pulsando en el fondo y la emoción del ambiente, parecía que eso estaba a punto de cambiar.
-"Hola, Leo. Estoy bien, gracias. ¿Y tú?"- Respondió Alex, tratando de parecer calmado a pesar de los nervios que sentía.
-"Estupendo, como siempre"-, dijo Leo con una risa. -"¿Quieres venir afuera conmigo por un momento? Necesito tomar un poco de aire fresco."-
Alex asintió, agradecido por la oportunidad de escapar un poco del bullicio de la fiesta. Juntos, salieron al patio trasero, donde el aire fresco de la noche soplaba suavemente y las estrellas brillaban en el cielo oscuro.
Una vez afuera, Alex y Leo encontraron un rincón tranquilo en el patio trasero, lejos del bullicio de la fiesta. Se sentaron en unos escalones de piedra y respiraron profundamente el aire fresco de la noche, dejando que la calma del momento los envolviera.
-"¿Qué te parece la fiesta hasta ahora?"- Preguntó Leo, rompiendo el silencio cómodo que se había formado entre ellos.
Alex se encogió de hombros, tratando de parecer despreocupado. -"Está bien, supongo. No suelo salir mucho a fiestas, así que es un cambio agradable."-
Leo sonrió, asintiendo con comprensión. -"Entiendo lo que quieres decir. A veces, todo este ruido y caos puede ser un poco abrumador. Pero al menos tenemos este momento de paz aquí afuera."-
La calidez en la voz de Leo hizo que Alex se sintiera inexplicablemente reconfortado. Aunque apenas se conocían, ya se sentía más relajado en su presencia que en cualquier otro lugar de la fiesta.
-"Gracias por invitarme a salir aquí"-, dijo Alex, mirando a Leo con gratitud. "Me alegra tener la oportunidad de conocerte mejor."
Leo le devolvió la mirada, sus ojos brillando con curiosidad y afecto. -"Lo mismo digo. Siempre es agradable tener a alguien con quien compartir una conversación sincera en medio de todo esto."-
Por un momento, los dos se quedaron en silencio, disfrutando de la compañía del otro y del momento de calma que habían encontrado juntos. Y en ese instante, Alex se dio cuenta de que tal vez, solo tal vez, esta fiesta podría no ser tan mala después de todo.
El silencio entre Alex y Leo se prolongó, envolviéndose en una atmósfera de tranquilidad y complicidad. Alex se encontró absorto en los ojos de Leo, que parecían contener un universo de emociones y secretos.
-"¿Sabes?"-, comenzó Leo después de un momento, rompiendo su mirada para observar las estrellas sobre ellos. -"A veces me pregunto qué es lo que realmente importa en la vida. Estamos aquí, atrapados en esta fiesta llena de gente y ruido, pero ¿qué significa todo esto en realidad?"-
La pregunta de Leo tomó a Alex por sorpresa, haciéndolo reflexionar sobre su propia vida y sus propias inquietudes. -"Creo que todos buscamos algo", respondió después de un momento de contemplación. "Algo que nos haga sentir vivos, algo que nos haga sentir que pertenecemos."-
Leo asintió lentamente, como si estuviera de acuerdo con las palabras de Alex. -"Sí, supongo que tienes razón. Pero a veces, puede ser difícil encontrar ese algo, ¿no crees?"-
Alex se encogió de hombros, sintiéndose un poco perdido ante la profundidad de la conversación. -"Supongo que sí. Pero creo que lo importante es seguir buscando, seguir adelante, incluso cuando las cosas se pongan difíciles."-
Leo sonrió, su expresión suavizándose con ternura. -"Tienes una manera sabia de ver las cosas, Alex. Me gusta eso en ti."-
El elogio tomó a Alex por sorpresa, llenándolo de un cálido hormigueo en el pecho. Nunca había sido muy seguro de sí mismo, pero en ese momento, se sentía más valiente que nunca.
-"Gracias, Leo"-, dijo sinceramente. -"Eso significa mucho para mí."-
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Estrellas en el Horizonte
Ficção AdolescenteEn una pequeña ciudad costera, Alex, un joven tímido y reservado, encuentra el coraje para aceptar su verdadera identidad cuando conoce a Leo, un artista enérgico y libre de espíritu. A medida que su amistad se convierte en algo más, ambos luchan co...