Por Siempre Tuya

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Los cielos se abrieron y las almas cayeron, fueron expulsadas para ser probadas, ¿probadas para qué? Para saber si eran dignas de ser amadas, para que la naturaleza de su verdadero ser conociera la luz y esta juzgara su pureza.

La cuenta regresiva inicio y el llanto se hizo escuchar.

Los primeros años era vasta la cantidad de almas que lograban convertirse en estrellas y brillar juntas por la eternidad en el espacio infinito, porque su objetivo era clave para razón de su existencia. Al pasar un cuarto del tiempo limite las puertas del infierno también fueron abiertas y los demonios surgieron de la tierra para robarse los corazones y arrastrar consigo las almas de aquellos que se hacían llamar puros.

Es sencillo jactarse en un juego hecho para niño, pero ¿y en uno creado para reyes?
los cielos se pintaron de rojo y las nubes eran negras, la conexión divina fue desvanecida y la misión se contaba como una simple leyenda.

Los entes malignos apagaron el brillo de los ojos de la población y secuestraron al amor. Las almas comenzaron a buscarlo con locura por mar, tierra y aire; entre familia, amigos y dentro de si mismos... pero no lograron encontrarlo, sumergiéndose así en un mundo lúgubre, con seres egoístas, apáticos, de corazón empedernido y perdido, con mente morbosa y carnal.

Las alarmas en el cielo sonaron y el Dios de todo despertó

- ¡¿Qué es lo que esta pasando?! – pregunto enfurecido.

- Según nos informan, la galaxia comienza a quedarse sin brillo, no hay mas que obscuridad. – respondió el ángel Lael, quien siempre se encontraba leal a su derecha.

- ¿Ya identificaron el problema?

- Así es mi señor, al parecer la estrella de la mañana no ha dejado mas que un largo y doloroso rastro de corazones rotos por toda la Tierra, y ningún alma a recibido la bendición de la luz eterna desde hace más de dos siglos. – El Rey del todo vacilo por un momento.

- ¿Cuál es el nivel de daño?

- Ya no hay demonios en la Tierra, no es necesario, ahora son ellos quienes rompen sus propios corazones y se torturan entre sí.

- Ni siquiera me sorprende – respondió decepcionado – ya lo esperábamos. Es hora, llámenlo.

Las trompetas se escucharon hasta la Tierra, eran para advertir la venida de uno de los mas gloriosos ángeles, y su nombre era Cupido.

Era el ángel encargado de concebir toda clase de emociones, era el guardián del amor, el maestro de la pasión, el sujeto de gozo y la fuente de ira. Ninguna lagrima o suspiro podía ser sin su consentimiento. Tenia en su poder la ruina y el éxtasis de todo ser vivo existente; pero lo mas irónico es que era un ángel de personalidad seria, incluso fría, al ser poseedor de un don inimaginable la cruz a cargar era de sumo sufrimiento... Desde la propia creación del todo hasta su fin, nadie jamás lo podría querer.

Su deber solo era uno, regresar el color a la vida terrenal. Para ser una misión de tal categoría, Dios no mandaría a su mejor soldado sin protección, así que le otorgo un lorigón para protegerlo del demonio de la apatía, y fabrico con su propia sangre y huesos un arco, capaz de ceder o arrebatar sentimientos según su juicio y voluntad.

Así fue como un 14 de febrero de un año incierto, cupido bajó a tierra y con su ojo divino y flechas vigorosa atravesó el alma de aquellos seres vacíos.

Después de un par de meses la monotonía de los aires comenzó a desvanecerse por los besos del viento, sin embargo, las tinieblas de dos siglos no podían ser disipadas en tan poco tiempo, por lo cual se le mandó a permanecer en el mundo por el lapso de 3 años.

Amor EternoWhere stories live. Discover now