11 Enero

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Él tenía la capacidad de hacerme volar al cielo como un cometa, sus fuertes manos eran más que suficientes para satisfacerme, su erección era el centro de mi universo, el motivo palpitante de la mía.

Él creía que yo le era infiel porque no lograba llenarme, no entendía mi trabajo, así que busco más como él, su mismo tamaño, su mismo color arena, sus mismos ojos y mientras cada uno de ellos penetraba y masturbaba él me observaba con odio, prendiéndome a un más, a sus ojos soy un infiel, a los míos él es mi más grande perdición, mi lujuria hecha carne. 

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