SONRISA

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POV Vito

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POV Vito

Despierto por el sonido de un teléfono, abro lentamente los ojos y siento algo cálido cerca de mí, bajo mi mirada y veo una mata de risos castaños.

Caigo en cuenta que es Luca; está sobre mi pecho todavía durmiendo, soltando uno que otro balbuceo; tengo un brazo alrededor de su cintura que hace que este más cerca de mí.

Con mi otra mano me permito acariciar su mejilla y esos labios carnosos que no puedo evitar pensar en morderlos; no fue hasta que se comprometió que me di cuenta de que sentía algo más por él que una simple amistad.

Esa fue la razón principal por la cual sus padres me pusieron el ultimátum; me siento mal por no decirle toda la verdad a Luca.

Ahora más que nunca estoy dispuesto darle todo lo que él necesita.

Veo por la ventana que da al jardín y apenas se dejan ver los primeros rayos de sol, espere mucho para tenerlo de esta manera que no quiero que termine.

Bajo mi mano, la paso por su cintura que es sujetada por mi otro brazo, sigo mi recorrido por sus caderas, ahí me percato que durante la noche las sábanas se deslizaron y Luca tiene una pierna sobre las mías, pero eso no es lo estimulante, sino qu...

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Bajo mi mano, la paso por su cintura que es sujetada por mi otro brazo, sigo mi recorrido por sus caderas, ahí me percato que durante la noche las sábanas se deslizaron y Luca tiene una pierna sobre las mías, pero eso no es lo estimulante, sino que, solo tiene bóxer, estamos piel con piel;

Como no me di cuenta de esto ayer; como es de esperarse, mi cuerpo reacciona al suyo y ahora tengo que hacerme cargo de una maldita erección, la cual rezo para que pase desapercibida.

Trato de acomodarme de manera que no sea tan obvia, pero fallo cuando siento como Luca como empieza a despertarse. Sus grandes ojos parpadean para adaptarse a la luz, en sus labios un lindo puchero por haber sido despertado y es que una de las cosas por las que hace berrinche desde pequeño es levantarse temprano.

Tarda un momento en estar completamente despierto, cuando se tensa y dirige su mirada a la mía.

— Buenos días cariño, ¿dormiste bien? — le pregunto, tratando de que no se note mi excitación por tenerlo tan cerca.

— Bue...nos días, yo... si dormí bien.— tartamudea un poco, trata de alejarse de mí, pero no se lo permito y dejo que pase su pierna por mis caderas y ahora está a horcajadas sobre mí, con sus manos en mi pecho debido al repentino movimiento.

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