Entonces sucedió, algo en mi interior se resquebró, la opresión que siento en el pecho se libera, siento un impulso irracional recorrer mis venas que me obliga a elevar mi mano con la palma hacia arriba consiguiendo hacer volar la tapa metálica sobre mi cabeza. La luz llega veloz a mis ojos haciéndome entender que logre salir. Con rápidez me incorporo saliendo de allí. Las lágrimas aún surcan mi rostro, pero hay algo distinto ahora.
~Estoy en modo lucha~
Efectivamente, siento esa fuerza apoderarse de mi otra vez. No estoy segura de que es lo que me sucede, por lo que yo solo lo llamo: modo lucha. Pues en mi estado actual soy prácticamente imparable. Peleo con habilidades dignas de grandes guerreros que han entrenado hasta el cansancio. Sin embargo, no es algo que sepa hacer siendo yo misma. ¡Eso es! No soy yo, es como si otra persona se apoderase de mi cuerpo, apenas y soy consiente de lo que hago. Pero el lado bueno es que siempre me ha ayudado a salir de aprietos como estos, así que no me lo cuestiono demasiado.
-¡Imposible! – Grita la Dra.Loca al verme salir como si nada de la caja.
Observo la tapa abollada en otro extremo del salón donde quedo luego de que la mandara por los aires con el golpe de antes. A mis pies esta el candado roto. La Científica desquiciada me mira con cara de asombro, la cual le dura poco, recomponiendose pronto para regalarme una mirada de pocos amigos y proceder a gritar su orden. -¡Muévanse de una vez, que no escape!
~Oh no, esta vez no. ~
Los gorilas se apresuran a donde estoy. No obstante, yo me muevo más veloz y los esquivo para tratar de llegar a la puerta cosa que logro con éxito. Corro por los pasillos de las instalaciones, es un edificio de al menos nueve plantas, así que para escapar debo subir primero, pues el área donde me mantenían es subterránea. Choco con las pocas personas que se encuentran en mi camino, pero no me detengo. El ascensor no me sirve pues requiero de un pase especial para activarlo así que uso las escaleras. Una ves en la primera planta corro desbocada hasta la puerta principal, mi escape. Solo me detengo cuando veo dos guardias mas custodiando esta, santa piña estoy perdida. ¡Oh, espera! No lo estoy. Aún sigo en modo lucha. Así que sin pensarlo dos veces me abalanzo sobre los guardias que ya me habían visto y venían a por mí.
Justo como había mencionado antes comienza un combate cuerpo a cuerpo golpes por aquí, golpes por allá. Realmente parezco un ninja, me muevo con agilidad y precisión. Le propino un último golpe al guardia en la cabeza haciendo que este caiga redondito al suelo. Corro los últimos metros que me separan de mi libertad, ya puedo sentir el aire golpear mi rostro, la luz del sol sobre mí y …
¡Y nada! ¡Carajo! Esta puerta también esta bloqueada con los códigos de acceso a personal. Me quedo mirandola como si fuera a decirme que hacer, la furia me consume. Tan cerca…
En ese momento aparece la Dra. Shanon junto a otros diez hombres de negro.-¡Ahí está! ¡Atrapen a la maldita y que esta vez no escape!
-¡No lo creo Doctora!
La mujer me miro con superioridad-Estas acorralada, no hay opción. No puedes tu sola contra diez de los mejores hombres de la organización.
– Mi carcajada burlona hizo mella en el ambiente.
-Me subestima Doctora, no se supone que como científica que es no debería caer en ello. Le aconsejo que no lo haga, después de todo usted ignora algunas cosas.
Su mirada furibunda lo dijo todo, no estaba dispuesta a seguir platicando. Que bien, porque yo tampoco.
- ¡Atrápenla!
Una ola de hombres fuertes y con cara de piedra se precipita hacia mí. Comienzo a luchar, me propinan golpes que ni siquiera logro sentir, la furia me embarga. Golpe tras golpe, logro noquear a tres, pero aún así siguen siendo mas que yo. Se nota que estos tienen un entrenamiento superior, la pelea es dura.
Entrégame el control absoluto.
Una voz desconocida se cuela en mi cabeza, provocándome un escalofrio. Fue apenas un susurro audible, pero lo entendí perfectamente. La extrañez me invade, ¿Cómo es posible?
Fue como si me hablasen al oído, una voz gruesa y profunda. De hombre sin duda. Pero los únicos que estaban así de cerca son los guardias con los que lucho no es…Hazlo…Hazlo
Otra vez. Mi concentración se va a la mierda logrando que no esquive a tiempo el puño que me lanzaron al rostro. Mi cabeza gira bruscamente y ahora si siento un leve ardor en un costado del rostro. Levanto la vista y observó a mi atacante. Retrocedo un poco para ganar tiempo.
~Tienes que estar bromeando.~
El idiota me mira con una sonrisa burlona mientras se abre camino entre los pocos que quedan en pie. No se si llamarle humano, da miedo. Por su altura yo diría que perfectamente mide unos dos metros y algo más. Es puro musculo bruto, excepto por sus manos, ambas son prótesis hechas de puro hierro. Luce como alguien que puede hacer mucho daño. Comienzo a evaluar mi situación nuevamente. En mi estado actual soy fuerte, ágil, me muevo con técnicas limpias de batalla y los golpes casi no me afectan en lo absoluto. Pero, aún así, no creo ser suficiente, sigo estando rodeada y ahora me enfrento a este mastodonte de hierro.
¡Entrégamelo, hazlo y serás libre!
¡A la mierda todo! Lo único que quiero es salir con vida de aquí. Espero sea cierto, no se bien que se supone que debo hacer así que solo pienso en una respuesta.
~¡Bien, es tuyo! ¡El control absoluto es tuyo! ¡Solo… sálvame! ~ digo mentalmente ya que la voz parece estar solo en mi cabeza.
Siento como la presión en aquel salón se vuelve el doble de intensa. Veo como detrás de la Doctora surge una especie de sombra que flota por el salón hasta ponerse al lado de uno de los hombres que me rodea.
~Nadie parece notarla, solo yo.~
La neblina oscura comienza a tomar forma. Todo esto ocurre demasiado rápido, pero para mi es como en cámara lenta. Logro ver que la nueva forma de la sombra es la de un hombre, alto y musculoso. Sin embargo, no puedo detallarlo realmente pues es solo una silueta ya que el vao se niega a abandonarle.
La extraña figura levanta su mano y golpea en el cuello al tipo de al lado haciendo que este caiga al suelo. Luego camina hacia mí, no sé porque una sensación de familiaridad me envuelve. La figura se inclina hacia delante y extiende su mano en señal para que la tome, con algo de recelo lo hago. Tomo su mano y veo como la neblina oscura se apodera de mi extremidad. El chico la aprieta y de un tirón me acerca a él, choco con su pecho notando así un cuerpo de lo que parece carne y hueso bajo toda esa cortina de humo. Sin embargo, es difícil asegurarlo ya que realmente las sombras lo engullen.
Es como un traje que protege su identidad. Mirando un poco hacia arriba me encuentro con su rostro y me sorprendo al notar que la única parte que las sombras no ocultan es una fina franja que deja al descubierto sus ojos.
Me quedo como tonta viéndolos. Son hermosos, son tan distintos y atrayentes a la vez. El chico no me deja mucho tiempo más antes de atraparme por completo entre sus brazos y fundirse en mí. Es extraño pero su cuerpo se deshizo como si nunca hubiese sido tangible, lo único que sentí fue como una electricidad me recorre por completo mientras que las sombras se apoderaron de mi cuerpo.
Luego no supe nada más de mí.
ESTÁS LEYENDO
TEMPUS
FantasíaElla, una chica para nada ordinaria, que vaga por un mundo muy normal. Él, es como su sombra, la protege de todo y de todos. Ella cree que solo aparece cuando lo necesita, pero la verdad es que el siempre ha estado a su lado. Decidida a salvar su...