Capítulo 3

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Cuando llegó hasta la habitación se quedó afuera por un rato, mantenía la mano sobre la cerradura de la puerta, estaba buscando el momento perfecto para entrar.

¿Qué le diría a ese chico? ¿Cómo le explicaría que dentro de su cuerpo ahora yacía el corazón de su supuesta amiga, Ginny? ¿Cómo le explicaría que él le había hecho ese trasplante con el mero propósito de mantener viva a su prometida? Eran demasiadas preguntas que tendría que aclararle al chico, pero sobre todo, lo más importante era saber acerca de éste.

Dio un profundo respiro y entró sin mắs. Llevaba su bata de médico y el típico aparato para escuchar los latidos del corazón colgado sobre su cuello. Harry lucía muy bien con su vestimenta de trabajo, su rostro no era muy amigable, más bien era serio y sin mucha emoción, ligado a sus lentes redondos que siempre cargaba en su nariz, sin embargo eso sólo daba más profesionalismo a su trabajo.

Miró al rubio acostado sobre la cama. Este dormía gracias a los calmantes que le habían tenido que poner tiempo atrás. La piel de su rostro estaba llena de cortadas y cintillas blancas que las cubrían. Su mejilla izquierda estaba totalmente amoratada con un color morado intenso. Llevaba el brazo derecho enyesado gracias a una fractura. También todo su abdomen estaba rodeado por un aparato que no le permitía el movimiento.

Harry no sintió ni un poco de lástima por el rubio, estaba tan acostumbrado a ver personas en esa misma situación que le parecía normal. Se acercó hasta la cama y lo miró detalladamente.

Esta vez no miró sus fracturas o todas sus heridas. Miró sus pestañas y la manera en la que cubrían parte de sus ojos. Miró su cabello rubio con un brillo indescriptible y puro a pesar de llevar días en cama y sin habérselo cepillado.

El chico debía tener menos de 20 años, incluso podía ser un menor de edad. Lucía muy joven e inocente, lucía como un adolescente en su mejor edad.

-¿Quién eres tú, chico? -susurró Harry sin dejar de mirarlo. Comenzaba a sentirse frustrado al no saber absolutamente nada de él-. Tienes algo muy importante que me pertenece...

El rizado se movió levemente al escuchar una voz ajena y trató de llevar sus manos hacia su cara. Harry rápidamente lo detuvo para evitar que se lastimara.

Abrió los ojos al instante que sintió cómo alguien lo detenía evitando a que se moviera. Miró a Harry con los ojos muy abiertos, sin embargo esta vez no entró en pánico como la primera vez que despertó, tan sólo lo miró asustado y esperó a que éste le dijera algo.

La mirada de Draco logró recordarle aquel día cuando todo ocurrió. Él acababa de ver esos ojos grisáceos apenas unos minutos antes de que el autobús se estrellara. Rápidamente desvió su mirada hacia el cuerpo del rubio y comenzó a examinarlo. -Antes que nada, déjame presentarte. Soy el doctor Harry Potter y soy el hombre que te ha operado, soy el responsable de tu caso.

Draco no mencionó ni una palabra. Continuaba mirandoa Harry con expresión asustada mientras que éste revisaba su brazo fracturado.

Harry volvió la mirada hacia Draco cuando no obtuvo ninguna respuesta. -Has estado aquí por más de 5 días, chico. Estabas totalmente inconsciente.-. Éste de nuevo no contestó-. ¿Recuerdas algo? ¿Al menos me podrías decir cómo te llamas? -Draco negó con la cabeza, Harry rodó los ojos-. ¿No me puedes decir, o no te acuerdas de tu nombre? -Esperó una respuesta, pero de igual manera no la obtuvo.

El rubio dejó de observarlo y comenzó a observar sus huesos enyesados y su cuerpo totalmente sedado. Intentó levantarse y al instante se dio cuenta que no podía incluso moverse pocos centímetros sin que le doliera horrores. Después comenzó a observar todo el hospital, desde las máquinas que había dentro de la habitación hasta al mismo doctor que lo atendía, Harry.

Poisonous rose (Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora