☆Parte 2☆

1.8K 117 25
                                    

—¿Qué hacías hablando con el logi ese?

—¿Vos me estas jodiendo? ¿Viniste hasta acá para preguntarme eso?— dije confundida —Es un amigo, ¿te jode?

—Nunca lo ví, no te duermas con ese, mira q tiene una pinta de boludo— dice mirando a Lucas con desprecio.

— Ay tomatela danilo, ya demasiado te tuve a aguantar hoy. Aparte ¿a vos qué re carajo te molesta Lucas? Si no te hizo nada él— hablé ya bastante enojada.

—No te me hagas la viva vos eh, ahora voy y le cuento a "la Chila" que te juntas con puros chetos.

—Deja de decir boludeces ¿querés? Anda al Nudo 6 que te está esperando el Kiru, me dijo que quería darte algo.

—Uh, ¿estará ocupado carlitos?

—Jajaja, te cagaste ehh ¿No podes ir solo? ¿Queres q te acompañe?— pregunté burlandome.

—Ni en pedo, llegas a acompañarme y me tiran una tosca por andar con vos.

—Ay ¿Qué decis? Si es privilegio andar conmigo— dije entre risas.

—Anda, anda a entrenar pedazo de pajera, ni voy a ir, chau— dijo yéndose a su casa supongo.

Termino la práctica y nos dirijimos a los vestidores, me bañé, me cambie y salí para volver a mi casa.

A dos cuadras de casi llegar, me cruce a mis amigas, La Tati, se llama giovanna pero ese es su apodo, y la Mica, a quien todavía no le han puesto apodo, se viene salvando la loca. Son las dos re chetas, vienen de gente con guita y no son del barrio, me sorprendió verlas por acá.

—¿Qué onda? ¿Qué hacen acá?— dije mientras las saludaba con un beso en el cachete ( de la cara gente, de la cara).

—Te caímos de sorpresa amiga— dice la gio mientras la mica me abrazaba por atrás.

—Fo re rompe bolas ustedes— dije jodiendo mientras empezamos a caminar a mi casa.

Unos minutos después llegamos, las chicas saludaron a mi familia, pero lo que me sorprendió fue el saludo de la Tati y Carlitos, se dieron un beso en la mejilla y se quedaron mirándose incomodamente un buen rato. Estos dos andan en algo, ya los voy a agarrar.

Preparamos tereré y subimos al techo, estában Susana y el Cochi sentados en dos reposeras, pibes de 20/23 años, gente peligrosa de este lugar, pero por suerte yo me llevo bien con la mayoría, no porque quiera, sino, porque no me conviene andar en bardo y menos con este tipo de gente.

—Qué hace negra, todo bien?— dice el cochi saludando con la mano derecha, la otra mano la tenia ocupada tocándole las lolas a susy por sobre la ropa.

—Bien, acá con los pibes, será q nos pueden prestar lugar un rato?— les pregunté, por fuera me veo re tranqui palanqui, pero por dentro soy un manojo de nervios, me da cuiki decir algo q a ellos no les guste y me desaparezcan.

Mavale, igual ya nos íbamos, hoy es el cumple de la mariela te acordas, la amiguita de tu hermano— dice riéndose mientras de acomodaba el fierro en el bolsillo de atrás.—¿Van a ir? Mira q hay plata para comprar pizza y birra.

—No boludo me re volé, mandale saludo pero no creo poder llegar— dije mientras despedía a él y a susy.

—bueno dale dale, chau, garchen mucho— dice el Cochi riendo mientras bajaba la chiquita y peligrosa escalera de metal.

—Che ¿quién ceba?— pregunté.

—A mi ni me mires— dice la Mica

—Yo menos, alta paja— dice la tati.

—Na, no rompas los huevos, ceba vos— dice mi hermano riéndose y sobre todo mirando a gio a ver si se reía, esperando que lo q dijo le causara gracia, cosa q así fue, los dos riendo mientras mica y yo nos mirábamos con unas caras confundidas y de sospecha.

Los cuatro eramos muy amigos, desde chiquitos nos criabamos juntos, la chila trabajaba para los papás de mica y gio, y Carlitos yo siempre íbamos para jugar con ellas mientras tanto.

Carlos solía andar en algo con una chica llamada Mariela, cosa que a gio le molestaba, no lo admitía, pero era notable, pero Mariela no era una buena piba por así decir, iba de calle en calle, de cama en cama, incluyendo la cama del sacerdote de la iglesia del barrio, cosa q a Carlos no le gustó para nada así q dejaron de hablar.

Entre charla y risas, se oscureció, eran las 22:30 por ahí, y como las chicas no podían volverse a esta hora, les dije q se queden a dormir, q no hay drama.

Mi vieja nos cocinó un guiso de arroz rerrico, como les  dije antes, no somos de una familia q gane bien, pero la remamos, mi papá trabaja día y noche de albañil para las construcciones del arquitecto Don José Inciarte, el papá de Mariela.

Terminamos de comer, preparamos los colchones en el piso donde íbamos a dormir porque no alcanzabam las camas y como buenos amigos, Carlos y yo nos acostamos juntos en un colchón en el piso, dejandole nuestras camas a las chicas, mientras nuestros 3 hermanitos más, durmieron con nuestros viejos.

Nos quedamos charlando, sacando el cuero, fajando a alguno, en pocas palabras boludeando hasta q nos baje el sueño, y así fue, como a las 00 nos dormimos.

Yo estaba plácidamente descansando cuando como a las 2 am escuche las risas de Carlitos y Gio, pero me hice la dormida, para intentar averiguar q onda con estos dos, no se callaban más, pero hablában tan bajito q me costaba entenderlos

—Che y ¿seguis hablando con Mariela?— preguntó gio intrigada.

—No ni ahí, danilo la vio comiéndose al hijo del Pepo, el carnicero, y me contó enseguida, nono, alta gata esa mina. Pero igual, ahora me gusta otra— respondió como insinuando q la nueva q le gusta es gio, pero la pelotuda de mi amiga es media, va ¿Qué media? Es re lerda para las indirectas, vive en la nube del pedo esta gurisa.

Los dos se levantaron y salieron de la pieza, me pareció escuchar q iban a ir al techo y mis ganas de seguirlos competían con mis ganas de seguir durmiendo

¿Voy o no voy...?




ESE VILLERO ME VUELVE LOCA. || Danilo Sanchez.《Matias Recalt 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora