DIA OCHO

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Todo iba perfecto, se notaba que teníamos buen karma.

Nótense el sarcasmo porfavor.

Este podría ser el palmazo once o doce, entre tantos ya perdí la cuenta.

Plex y yo ya estábamos como nuevos, de hecho ya lo estábamos desde hace un par de días.

Tocó la caída de Borja y Adri.

Supe que todo se iba a la mierda cuando a las cuatro de la mañana oí a Adri levantarse al baño.

—Voy a potar—dijo para después de unos segundos, exacto, dejar la pota en todo el retrete.

Al poco tiempo Borja se levantó para hacer lo mismo.

Se suponía que hoy nos iríamos del país para ir a otro destino. Eso me había explicado Plex, pero por como estaban Adri y Borja lo veía bastante chungo.

Bajamos a desayunar Jopa, Plex y yo (los supervivientes) mientras Adri y Borja se quedaban en la habitación, seguramente vomitando o "diarreando" como diría Borja.

—¿Que vamos a hacer?—pregunte mientras untaba la mantequilla con las tostadas.

—Tenía pensado que fuéramos al Taj Mahal—empezó plex—Pero ahora que están Borja y Adri malos.

—¿Iremos igualmente, no?—pregunto Jopa preocupado por si se quedaba sin ver aquello.

Sabía lo que era el Taj Mahal y sabía que era considerado una de las maravillas del mundo y me haxia bastante ilusión verla así que si no íbamos sería un chasco.

—Supongo que eso haremos—terminó respondiendo después de ingerir media tostada.

Terminamos el desayuno en silencio.

A la hora de desayunar, la verdad es que muchas ganas de hablar no tengo y más cuando llevo despierta desde las cuatro de la mañana que me despertaron Borja y Adri para vomitar y no ne volví a dormir.





















Finalmente pusimos dirección al Taj Mahal: Jopa, Plex y yo.

Íbamos en un taxi camino a el lugar.

—Tenemos que coger un tren, así que iremos hasta la estación, la señora Bou me acaba de mandar los billetes, ya que el Taj Mahal no está en Nueva Dheli, si no que está en Agra, que es otra ciudad de la India—informó plex mientras nos mandaba los billetes.

Abrí el móvil para mirar los billetes y sin darme cuenta me quede dormida.

—Amelia ya estamos—me llamaban mientras alguien me tocaba la cara, lo primero que hice fue dar un manotazo a quien fuera que me estuviera tocando la cara que soltó un quejido. Me costo un poco, pero logré abrir los ojos y salir del coche.

En nada salía el tren que teníamos así que teníamos que darnos prisa, corrimos por nuestra vida.

Llegando justo al tiempo que se iban a cerrar las puertas del tren.

Viviendo al límite.

Conseguimos un sitio bastante decente, en el tren no había demasiada gente

O genta, mejor dicho.

Te odio Adri.

Por lo que estuvimos bastante cómodos, con la mini siesta que me había pegado en el coche me sentía como nueva pero mis dos compañeros no tanto y aprovecharon a echarse ellos una siesta entonces.

Around the world~YoSoyPlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora