Marry Me | jihan ✔️

Capítulo 12

•Eres un idiota.•

No podía dejar de mirar al chico detrás del mostrador. Era guapo, alto, de cabello castaño y con una hermosa sonrisa. Trataba de ponerle atención a lo que me decía Jun acerca del cardigan que había encontrado, pero no podía apartar mi mirada de él.

—Creo que lo comprare... —le entendí a Jun. Miré al suelo cuando crucé la mirada con el chico, sentí que me sonrojaba de a poco. Junhui notó ese detalle y buscó con la vista el punto que había estado mirando, cuando encontró al chico hizo una mueca y me golpeó en la cabeza con la prenda.

—No puedes, Jeonghan. Estás comprometido ahora, ¿qué pensaría Jisoo si te viera en estos momentos?

Sí.. ¿qué pensaría él? ¿Me dejaría libre?

—No lo sé... tampoco es para tanto, sólo lo estaba mirando. Estoy comprometido, no ciego.— le respondí. Él negó con la cabeza y siguió sacando ropa de los colgadores de la tienda.

Levanté la vista una milésima de segundo y sentí la mirada del chico. No podía hacer nada, él me gustaba pero no de la misma forma que Jisoo. No, no era justo para Jis, así que me reprimí e hice como que él no estaba en el mismo establecimiento que yo.

Sin embargo, no funcionó. Jun me regañaba cada cinco minutos por mirar a otro hombre que no fuera mi futuro esposo, pero al parecer él no comprendía que yo aún tenía diecisiete años y que era un chico como todos los demás.

—No he hecho nada malo, no lo he engañado— protesté. Y era verdad, admitía que el chico me atraía y que no dejaba de lanzarle miradas, pero no había hablado con él. Seguía siendo un desconocido.

Pero como siempre, las cosas iban en mi contra. Cuando Jun fue a pagar la ropa que había elegido, nos atendió nada menos que el chico.

—Hola chicos, ¿en qué puedo ayudarlos?— nos dijo con una agradable sonrisa. Junhui bufó y le sonrió falsamente al chico.

—Quiero pagar esto— le dijo, sin dejar de amenazarme.

Cuando él le entregó el recibo y las bolsas con ropa, Jun se apresuró en salir tirándome del brazo. Afuera de la tienda, sentado en una banca para descansar dentro del centro comercial, Jisoo bebía un café.

—Recuérdenme no volver a acompañarlos cuando digan la palabra "compras"— nos dijo poniéndose de pie y acercándose a nosotros. Pasó su brazo por mi cintura y comenzamos a caminar hacia la tienda de música, Jun quería aprender a tocar guitarra y para empezar necesitaba una—. Al final, ¿qué compraron?— nos preguntó Jisoo mientras subíamos por la escalera eléctrica.

—Yo una camisa para cuando llegue la primavera, un abrigo, una pantalon, un par de zapatos y un cardigan— enumeró él.

—¿Y tú, Jeonghan?

—Nada— le contesté.

—No compró nada, pero le echó el ojo a algo que estaba fuera de su alcance— comentó Jun. Estuve a punto de caerme cuando nos bajábamos de la escalera.

—¿En serio? ¿Qué era? Si no te alcanzó el dinero debiste llamarme, me pagaron ayer.

—No seas tonto, Jisoo. No te molestes.— me apresuré en decir, pero él ya había dado media vuelta dispuesto a regresar a la tienda.

Fue demasiado tarde para persuadirlo, en menos de dos minutos estábamos de regreso en la tienda. Estaba atrapado, no quería que Jisoo gastara su dinero en algo inservible y caro para confirmar mi coartada, pero si no lo hacía quedaría al descubierto.

—¿Qué era lo que querías, Jeonghan?— miré a todos lados, buscando algo llamativo y costoso. No había nada de mi gusto, nada que convenciera a Jisoo.