Faltaba una semana para el gran día... Y eso Sonic lo tenía muy en claro.
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Por una ventana ligeramente abierta, se escabullo un pequeño rayo de luz que dió justo en el rostro de un zorro rubio que dormía plácidamente.
Este al empezar a sentir el cosquilleo del calor que daba directamente en su cara, se empezó a retorcer con suavidad entre las salidas sábanas que parecían luchar para que no despertara.
Luego de estar un rato intentando evitar lo inevitable, cedió, abriendo poco a poco sus grandes y hermosos ojos que simulaban dos hermosos zafiros recién pulidos los cuales estaban levemente cristalizados por unas lágrimas que aparecieron por inercia.
Se frotó con suavidad los ojos y dió un suave bostezó antes de levantarse para ir a preparse para iniciar el día.
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—¡Hey, buddy!.—saludó energéticamente un erizo azulado quien no tardó nada en dirigirse al zorro para abrazarlo con suavidad por la espalda.—¡Hola, Sonic!.—respondió del mismo modo para luego voltear un poco en su eje para quedar cara a cara con el azulado quien tenía una radiante sonrisa dibujada en su rostro. Le dió un pequeño beso en su mejilla derecha.
—era un poco más a la izquierda, ¿Sabes?.—dijo entre un pequeño puchero infantil que hizo que el menor riera con suavidad.—pero bueno, eso lo puedo arreglar.—
Apenas finalizó de decir eso, no espero mucho para atacar los labios del menor, envolviéndolo mucho más entre sus brazos.
Concluyeron con aquel acto y ambos soltaron una leve risilla cómplice mientras se miraban con una mirada que solo ellos entendían y solo ellos conocerían.
—bueno, Sonic, ¿Que te trae por aquí?.—preguntó mientras sus colas se mecian con alegría por tener al erizo consigo.
—¿No puedo simplemente venir a visitar a mi querido novio?.—preguntó juguetón cargando al rubio de la cintura para hacerlo girar en el aire mientras veía directamente a esos hermosos ojos que lo hipnotizaban. Cómo si de una escena de una película romántica se tratase.
El otro en respuesta, solo rió en el aire, siendo acompañado por el mayor.
Al bajarlo lo miró un momento para después retomar su habla.
—¿Ya te dije que te amo?.—cuestionó mientras sus manos recorian el pelaje de la espalda del más bajo.
—Sonic, me lo dices siempre.—dijó con sinceridad mientras recibía un beso en su mejilla blanca del erizo.
—¡Pues te lo diré siempre, lindo!.—prometió mirando un punto inexacto de la habitación mientras empleada una pose de orgullo.—pero, cómo ya lo sabes, creo que perdió la gracia.—volvió a besarlo con ternura antes de que su comunicador empezará a sonar, indicando que alguien lo estaba intentando contactar.—uhh, lo olvide...—pensó que lo había pensado hasta que escucho al menor.
—¿Olvidar qué, Sonic?.—inerrogó el menor desconcertado mientras inclinaba la cabeza un poco, mostrando su confusión.
—ah....—no supo que decir al instante para justificarse eh irse para hacer algo que tenía pendiente.—bueno amor mío....—los nervios se filtraban en su rostro, no podía decirle la verdad, se acordó de su hermana, cómplice en lo que hacia.—le prometí a Ames que iría con ella a hacer algo....—