TWO HEARTS 愛 KOOKV

ONE

Ese día, ese bendito sábado tenía planeado ir a salir con su mejor amigo, Jeon Jungkook, y decir que estaba de los nervios era poco.

Se preguntarán; ¿Por qué está tan nervioso si sólo es una salida de mejores amigos?

La respuesta era complicada, pero profunda.

A sus 21 años, Kim Taehyung, experimentó el amor por primera vez cuando conoció a un pequeño niño de ojitos Bambi, sonrisa brillante y tierna como la de un conejito, su cabello tan negro como la noche obscura y abrazadora, simplemente espectacular. Pues a sus cortos 6 años, descubrió finalmente su sexualidad, aunque recibió el apoyo de su padre, digamos que su madre no estaba muy de acuerdo, y ni hablar de sus abuelos, prácticamente toda su familia lo odiaban por eso menos su padre, quién tranquilamente le protegió, cuidó y amó hasta el último segundo de suspiro.

Aún recordaba cuando perdió a su padre, sintió como si perdiese el mundo entero, pues, su única familia para él, era su padre, su héroe, su todo.

El fue su todo para él. Sin embargo, conoció a cierto niño que le mostró que aún quedaban personas que te amaran sin condiciones a pesar de las dificultades.

Todo marchó bien hasta que cumplió finalmente 15 años, para ese entonces, supo que el amor que sentía por su mejor amigo iba más allá de una amistad o hermandad.

Y es que lo amaba tanto como para hacer cualquier cosa por él, y eso incluía que en esos momentos estuviera aceptando incluir en SÚ salida a la novia de su Jungkookie.

No era justo, ese día quería declararsele finalmente a su mejor amigo, pero joder, sí tan solo supieran el dolor, opresión y vacío que sintió en su pecho cuando el menor de ambos se presentó frente a él con una gran sonrisa tan característica de Neón Jungkook, mostrándole a su novia, quién se les uniría ese día.

Inclusive no pudo evitar cuando su sonrisa desvaneció para luego simplemente fingir sorpresa.

"Oh dios, que linda es ¿Por qué antes no me habías hablado de ella? Me lo hubieras dicho para elegir antes otro lugar, dudo que le gusten los videojuegos, Kook tonto." El tono que usó en su voz fue difícil de esconderse, pues, fingir simplemente que estaba sumamente apenado y feliz por él era algo difícil, muy difícil cuando estaba jodidamente enamorado de su mejor amigo.

"Perdón por eso bro, no tuve tiempo de llamarte el viernes para contarte sobre ella, estaba..." Su mirada fue de reojo rápidamente a la chica a su lado para luego mirar a su mejor amigo y guiñarle un ojo. "algo ocupado."

Aush, un putazo le dolía menos.

Y sin poder simplemente negarse o evitarlo, su ánimo decalló desde el momento cero en que Jeon apareció frente a él con su novia, Lisa, la chica era sumamente linda, no podía negar ello, sin embargo, cada que los veía darse un beso o escuchaba esa voz profunda susurrarle un 'te amo' a la chica, sus ojos se cristalizaban y el aire en sus pulmones se atascada, le dolía tanto.

Aunque era una chica sumamente linda, ese exceso de ternura y su voz chillante le ponía de los nervios, sobre todo cuando se intentaba acercar a sú mejor amigo y ella se ponía en medio, era simplemente irritante que dolía ver como él le prestaba atención.

Ya ni siquiera sabía de qué forma llegó a ese punto, pues ya eran las 12 de la noche, después de que Jungkook y el llevarán a Lisa a su casa, fueron a casa del mayor para beber un rato, sin embargo ese rato se convirtió en horas, y las horas se fueron volando en botellas de diferentes bebidas.

Sí, Kim Taehyung era él único loco que tenía una reserva llena de alcohol.

Posiblemente iba a tener tremenda rezaca encima por la mañana pero le daba igual.

"Jungkookie." Su voz gruesa salió entrecortada.

"¿Mmmh? Dime, Hyung." A pesar de estar entretenido en su celular desde hace ya media hora, tenía toda su atención puesta en el mayor.

"¿Que tiene ella que no tenga yo?"

Cuando quiso callar a su boca ya era tarde, pues la pregunta salió disparada, sintiendo los latidos de su corazón aplicarse y luego romperse al imaginar las posibles respuestas del menor.

"¿Qué? ¿A qué te refieres?" Esta vez, el celular quedó completamente olvidado en su bolsillo.

"Solo respóndeme, mocoso."

"Tas, estás muy borracho, ya no sé ni lo que está diciendo. Mejor vamos a acostarte a dormir, yo recojo esto." Dijo levantándose e ignorando los balbuceos que salían de la boca de su mayor, seguido, lo levantó en brazos tan fácilmente, y es que el cuerpo de su Hyung era tan liviano que a veces se preocupaba por su alimentación diaria, pero luego recordaba que Taehyung era un glotón y se le pasaba.

"¡Tan bonito, bonito, bonito Jungkookie! Con ojitos de Bambi y sonrisa brillante." El repentino canto del mayor le hizo parar en seco, para seguido bufar una risita y continuar su camino a la habitación.

· · · · ·

Abrió sus ojos siendo recibido entre la obscuridad de su habitación, sin saber si quiera cómo llegó ahí se giró. Grabe error.

A su lado, frente a él, a escasos centímetros de su rostro se encontraba un pacífico Jeon durmiendo plácidamente, y malditas sea su corazón, malditos sentimientos de mierda y maldito impulso que tuvo.

Acarició el rostro de su menor, y solo después de que este abriera los ojos se recordó que tengo el sueño ligero, cualquier toque o ruido lo despertaba, por lo que se dió una bofetada mental.

"¿Tae?"

Y con solo esas tres palabras hizo que su sistema se alocase, por lo que cerró sus ojos rezando por qué volviera a dormirse y que esa acción pasara como un simple sueño en la mente del contrario.

"No tiene nada..." Susurró con voz adormilada.

"¿Qué?" Inmediatamente abrió sus ojos de par en par al escuchar dicha frase salir de la boca de Jeon.

"Ella, no tiene nada. Solo es linda." Susurró de nuevo, acercándose al rostro de su mayor, dejando a un lado la poca distancia que los separaba, a simples roces de labio, continuó hablando. "Hyung ¿Le importa si lo beso?"

Fue estúpido que preguntara ello, pues en ese momento ya tenía a Taehyung sobre su regazo, besándolo de una forma tan profunda que sintió su sentido más racional irse al carajo en cuanto esos labios tibios y suaves tocaron los suyos.

Reaccionó finalmente, paseando sus grandes manos por la espalda del contrario, con tanta delicadeza que le fue posible.

Sin necesidad de más palabras, las ropas fueron desapareciendo de ambos cuerpos, ambos seguían besando cada rincón del contrario, dejando esos simples pero especiales toques grabados en la mente, cuerpo, corazón y alma de la individuos que esa noche se unieron en cada sentimiento demostrado bajo la pasión carnal de sus cuerpos.

Porque solo ellos, la luna y esa habitación sabía lo mucho que se amaban y deseaban.

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