Todas las rosas tienen sus espinas

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*Rosalie's Pov*

Ella estaba aquí. En mis brazos. Tan hermosa como siempre. Su voz tan hermosa como pequeñas campanas. Tenía a mi Bella de vuelta. Nada ni nadie me la quitaría. Pero, ¿cómo está...?

"Rosalie... ¿Qué? ¿En qué estabas pensando? ¿Que esto era lo que querías? Porque no lo es". Dijo. Todo lo que podía hacer era mirar fijamente sus hipnotizantes ojos. Podría perderme en ellos todo el día... todos los días.

"Tienes razón mi Isabella. Eres lo que quiero". Justo cuando estaba a punto de tirar de ella hacia adelante, ese muchacho Félix se interpuso entre nosotros.

"Te quieren a ti... y quieren que traigas a la chica." Su gruñido rebotó en los viejos muros de piedra que nos ocultaban el sol. Lo agarré del brazo y lo hice girar para que quedara detrás de mí, con Bella lejos de él. Si quería llegar hasta ella, tendría que pasar a través de mí. Y no hay ninguna posibilidad de que eso ocurra.

"¿Ellos? Quienes son... oh." Bella dijo. Hizo falta toda mi fuerza para no girarme y mirarla a los ojos una vez más.

"Sobre mi cuerpo quemado Felino". Mi gruñido, el doble de duro y despiadado que el suyo, pero un gruñido agitado resonó desde su garganta.

"Es Félix". Su mandíbula se apretó y sus nudillos se volvieron pálidos (o al menos tan pálidos como vamiperadamente posible).

"¿Estás seguro? Porque cuando gruñes suenas como un gatito". Al decir esto, Bella se volvió hacia el, dando un paso intimidante hacia delante. "Atrás gatito". Dijo, poniéndose delante de mí.

Se puso delante de mí. ¿Yo? El vampiro. Con la fuerza. Y la habilidad de, ya sabes, no morir. ¿Y ella se paró frente a mí? Esta chica pronto será la verdadera muerte de los dos.

"Bella", "Rosalie". No agitemos al pobre Felino. Lo siento, Félix. Sólo está haciendo su trabajo". Mi corta y pixie hermana dijo.

"¡Alice! Quiero decir Alice. ¿Qué haces aquí?" Dije, con las cejas fruncidas por la confusión.

"¿De verdad creías que Bella podría llegar tan rápido sin mi ayuda?". Su rostro se arrugó con una cálida sonrisa mientras bailaba alegremente hacia mí, envolviéndome en un abrazo ineludible.

"Aro quiere verte. No le gusta que le hagan esperar". Jane, una pequeña vampira rubia de aspecto frágil, salió de las sombras detrás de Félix. "Ah hermana. Se las estaba trayendo". Parecía nervioso, y no lo culpo.

Jane puede ser una molestia.

"Estabas tardando demasiado. Por aquí, por favor." Siseó. Sus ojos rojos como la sangre se clavaron en los míos. Mi piel ya fría comenzó a sentirse como hielo bajo su mirada.

***

"Ah hijas de Carlisle Cullen y Esme Cullen. Bienvenidas. Y, ¿quiénes son ustedes?" Aro estaba sentado en su trono. Sus ojos miraban fijamente a Bella.