El calor de julio se había instalado con firmeza, marcando el inicio del mes con una promesa de intensidad, tanto meteorológica como deportiva. Tres meses habían transcurrido desde la llegada de Naruto a este nuevo entorno, un periodo que había transcurrido con la velocidad de un destello, pero que estaba cargado de significado y transformación. A pesar de la anticipación que bullía en su interior por el torneo que se avecinaba, Naruto mantenía una fachada de tranquilidad imperturbable. Recostado contra la pared, con las piernas extendidas y cruzadas sobre el suelo, se entregaba a un momento de serenidad, aislado del mundo exterior por la música que fluía de sus auriculares. La brisa suave que acariciaba su rostro y los murmullos apenas perceptibles de los estudiantes a lo lejos se fundían en una banda sonora que complementaba su introspección.Este oasis de calma se vio interrumpido abruptamente por el chirrido de la puerta de acceso al tejado y la intrusión de dos figuras que se materializaron ante él, rompiendo la barrera de sombra que el sol había dibujado en su rostro. Sawamura y Yuki, compañeros de equipo, se plantaron frente a él, curiosidad y sarcasmo en sus ojos.
―¿Sigues sumido en tu ritual, Naruto? ―la voz de Sawamura se tejió con un matiz de burla amistosa, mientras una sonrisa sarcástica jugueteaba en sus labios.
La tranquilidad que había envuelto a Naruto se disipó, no solo por la presencia de sus compañeros sino por el cambio palpable en la atmósfera que ahora se cargaba de una energía distinta. A pesar de la interrupción, Naruto respondió con una serenidad que parecía ser su sello personal, un contraste marcado frente al dinamismo vibrante de Sawamura.
―Es más que un simple ritual. Es una técnica para centrarme. Deberías intentarlo, Sawamura, quizás mejore tu concentración en el montículo ―replicó Naruto, deslizando sus auriculares hacia su cuello mientras abría sus parpados.
Yuki, el observador silencioso de este intercambio, mantenía su atención fija en Naruto. La llegada de este nuevo miembro al equipo había generado una ola de cambio sutil pero indiscutible, afectando la dinámica del equipo de maneras que aún estaban explorando. Aunque menos vocal que Sawamura, el interés de Yuki no era menos intenso; veía en Naruto una fuente de aprendizaje potencial.
Sawamura, incapaz de resistirse a un desafío, incluso uno presentado en forma de consejo, soltó una carcajada antes de replicar. ―¡Ah! Mi concentración es inquebrantable cuando estoy en acción. Lo que me impulsa es mi espíritu de lucha.
―Tal vez sea así ―concedió Naruto, una sonrisa lúdica asomándose en sus propios labios―. Pero incluso un espíritu de lucha necesita dirección. Y Sawamura, tu habilidad para batear se basa en bunts y bateos inconsistentes, tu espiritu de lucha no ayudara en mejorar esos aspectos. Observa a Yuki, su poder al batear es notable; solo necesita pulir algunos detalles.
La mención directa de Yuki tomó por sorpresa al interesado, quien no estaba acostumbrado a ser el foco de la conversación, especialmente para recibir elogios de alguien cuya habilidad y percepción empezaban a ser muy valoradas dentro del equipo. Sawamura, por otro lado, adoptó una expresión de indignación fingida, aunque en su interior reconocía la validez de la observación de Naruto.
―¿Inconsistente, dices? ―Sawamura cruzó sus brazos, adoptando una postura desafiante―. Bueno, ¿qué sugieres para este bateador inconsistente?
Naruto les lanzó una mirada evaluadora, primero a Sawamura, luego a Yuki, y finalmente hacia el horizonte que se extendía más allá de la terraza de la escuela. La proximidad del torneo de verano añadía un sentido de urgencia a sus preparativos, convirtiendo cada momento en una preciosa oportunidad de refinamiento y mejora.
―Síganme ―indicó finalmente, con intención de echarles una mano―. Tengo algunas ideas que podrían ser de su interés. Y Yuki, trae tu bate. Quiero que trabajemos en un ajuste específico de tu técnica.
Naruto se puso de pie apoyando una mano en la pared, puso ambas manos en los bolsillos y paso en medio de ambos, dirigiéndose a la puerta. Los tres bajaron las escaleras rápidamente hasta la primera planta, recorriendo un inmenso pasillo su vista se paseaba sobre el campo de futbol que se encontraba afuera.
―¿Que clase de equipo era el de la preparatoria Hikarigaoka?―pregunto Yuki con interés, raramente iniciaba una conversación pero lo estaba carcomiendo la duda.
Naruto se detuvo, su mirada perdida un momento en la distancia, como si pudiera ver a través de las paredes del pasillo y directamente hacia el pasado. La pregunta de Yuki había despertado recuerdos de su tiempo en la Preparatoria Hikarigaoka, un capítulo de su vida marcado por desafíos insólitos y victorias inesperadas.
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One Out
FanfictionNaruto, el enigmático pitcher de Seidou, con un expediente académico desconocido, busca conquistar el Koshien con su equipo, empleando tácticas innovadoras que ponen a prueba la cohesión y el ingenio del grupo. Demostrando que el verdadero valor de...