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Narra Danilo

Ayer Carlos me llevó hasta a la casa de Hugo, para verse con Mariela. Tenia que segundearlo pero yo quería ir al cumpleaños del Jorge. Así que me fui. Que se cague.

La verdad a Jorge no lo quiero tanto. Lo prefiero a Cochi, es como un hermano para mi. Tengo un hermano pero prácticamente es como si no existiera. Esta todo el día falopeado y ni me da plata para comer.

Todos los días ne cago de hambre. Seba no labura, pero de alguna forma tiene para comprar merca. Le da a esa mierda desde los 15 años. Esta hecho pija ya.

Llege al cumpleaños y fui directo a la parrilla. Alta lija tenía. No me moleste en saludar a nadie porque los giles ya estaban todos falopeados y borrachos.

Me arme un chori y me senté en un banco que había, alejado de todos. Apareció Cochi, me trajo un pedazo de torta y charlamos un rato. Después se fue porque su mina lo llamaba.

Cochi estaba con Anabella, Jorge con Ju y así todos, hasta el feo del Kiru.

Me di cuenta de lo solo que estaba. Me quedé pensando mientras tomaba gaseosa y comía torta. Pensé en que no tenía nadie que me quiera. Carlos capaz, pero nadie más. Después pensé en Martina.

Martina es linda. Tiene pelo rubio y largo, ojos claros y una carita hermosa. Yo la amo. La amo, pero no con amor de amigos, quiero algo más con ella. Lastima que ella nunca querría nada conmigo más allá de ser amigos.

Creo que ni siquiera llegamos a ser amigos, solo es la hermana de Carlos y ya.

Mis ojos buscaban a alguien entre la gente, a Martu.

La ví, sentada al lado de Cochi, conversando con Ju, su amiga. 
Yo salía con Ju, por unas semanas, pero después me mandó a cagar y se fue con Jorge, y ahí me de cuenta de que verdaderamente nunca me amó.

Creo que solo salía con Ju para llenar ese vacio que sentía. Quería amor femenino. O eso me dio a entender. Seguimos siendo amigos, todo quedó bien entre nosotros.

Martina parecía borracha. Al rededor suyo habían muchísimas botellas de fernet.

De repente se paro y se acerco hacia mi. Ella se veía tranquila, pero Ju confundida.

—Hola Uru — Se sentó a mi lado, más cerca de lo normal y me dio un beso en el cachete, casi besando mis labios.

Esta borracha. Se siente en su aliento.

—Hola Martu— Me puse nervioso, muy.

—¿Y Carlitos? — Claro, para que me ilusione pensando que venía a hablarme, cuando solo venia a preguntar sobre su hermano. Siempre lo mismo.

—Na, lo deje ahí con Mariela, que se las arregle.

—Ahh.

Se quedo viéndome, muy de cerca. ¿Será que me va besar? No creo. Semejante linda con un salame como yo, nunca. Ella se merecía un tipo fachero, con plata y bueno, no un villero pobre y feo como yo.

Mejor que sean dos || Apache Donde viven las historias. Descúbrelo ahora