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Antes de esa noche...

Mi teléfono comenzó a sonar repentinamente. Se me hizo extraño ya que no tenia ningún compromiso pendiente.

Conteste y lo puse en alta voz.
-¿Si?- Dije mientras me peinaba.

-DIORE!!-Dijo Luna en un chillido, ella es mi mejor amiga.

-Ay! Me aturdes! bueno, ¿Que necesitas?-

-Que amable eres, como siempre- Dijo ella de forma irónica, creo que hasta rodeó los ojos con disgusto.

-Lo se cariño- reí un poco -bueno dime, ¿Que necesitas?

-Te quería invitar a la fiesta de Javi, ya que... nunca sales, creí que sería bueno que salieras, que te toque el aire, que te diviert- La interrumpí mientras enumeraba

-No quiero ir Luna- Dije sería

-¡Por favor Diore! Necesito que vayas- Dijo ella en un tono chillón

-No, a demás, ¿Para que quieres que vaya?- suspiré aburrida

-Es que, no quiero ir sola... Le harás eso a tu amiguita del alma?- Comenzó a dramatizar

-Ay, no empieces- rodeé los ojos

-Por favor Diore!! Te juro que no te volveré a pedir favores en la vida, te pagó todo lo que pidas, por fis- Dijo en un chillido

Suspiré estresada y me senté mirando el teléfono y me mordí el labio.

-Bien! Iré contigo- Dije suspirando

-YEYY!! ERES LA MEJOR!, ¿SABES QUE TE QUIERO MUCHO?- Dijo chillando

-Sisisi, lo que digas...Bueno, ¿a que horas es la dichosa fiesta?- Dije mientras me comenzaba a limar las uñas

-La fiesta es a las 10:00p.m- Dijo ella

-Bien, entonces te dejo, me comenzaré a arreglar- Dije mientras miraba la hora

-Pero son las 7:30- Dijo confundida

-Ay cariño, parece como si no me conocieras, tu sabes que yo me demoró mucho arreglándome- terminé de limarme las uñas

-Madre mia, me das miedo Diore- Dijo ella soltando una pequeña risa

-Adios Lunita!- Dice irónica

-Buenoo chau!- Dijo alegremente y colgó

.................................

Me metí a bañar, me tocaba lavarme el cabello a si que me demoré 1 hora aproximadamente.

Cuándo salí de la ducha me miré al espejo y comencé a hacer mi rutina de skin care.

Terminé la rutina y me fui a vestir.
No sabia que ponerme y comencé a mirar la cantidad de vestidos que tenía para ponerme, pero ninguno me convencía.

Hasta que, ví el mejor de todos, uno rojo, con un escote, pegado al cuerpo y con la espalda al aire.

Sonreí feliz y comencé a ponerme ese vestido con tanta suavidad, para no dañarlo.

Solamente una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora