Capítulo 1

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—¡Mamá! ¡Dot! —Gritó Clary entrando a la casa.

Sophia iba detrás de ella, mirando preocupada a todos lados, sabiendo que no era seguro estar ahí. Si Dot y Jocelyn las habían alejado, sería por algo.

Dot apareció frente a ellas, con una sonrisa triste. La morena se acercó rápidamente a abrazarla. En cuanto la tocó, sintió que algo no iba bien.

—¿Dónde está nuestra madre? —La pelirroja preguntó, llamando la atención de la bruja.

—Clary. —Murmuró Sophia, volviendo a su lado. —Ella no es Dot.

El cuerpo de la bruja pareció transformarse entonces. Tentáculos salieron de su boca y sus brazos, asustando a ambas chicas. La morena se puso frente a su hermana, en un intento de protegerla. Agarró con rapidez uno de los libros de Dot y se lo tiró al demonio, distrayéndolo durante unos cortos segundos.

—¡Corre, Clary!

La pelirroja no se lo pensó dos veces antes de correr por la casa, buscando algo con lo que defenderse. Sin embargo, cuando vió a otro demonio frente a ella, no supo qué hacer. Por mucho que intentara pelear, ella no sabía, y el demonio parecía querer matarla.

Sophia buscó por la habitación algo afilado, pensando que así, podría acabar con el demonio. Vió uno de los cuchillos encima de la encimera de la cocina, pero el demonio la atrapó antes de que siquiera pudiese llegar a cogerlo. La lanzó con fuerza contra una de las estanterías, haciendo una profunda herida al costado de su cabeza. Vió como la sangre empezaba a caer de esta, mientras todo daba vueltas a su alrededor. La herida era más profunda de lo que ella pensaba.

Distinguió al demonio acercándose, y cerró los ojos, ya no podía intentar nada más. Esperó durante segundos, pero nada. Era como si el tiempo se hubiera congelado, y las garras del demonio jamás llegaran a ella. Abrió los ojos lentamente, solo para ver a su hermana, y al chico rubio del club frente a ella, ambos luciendo verdaderamente preocupados.

Intentó levantarse, pero su cuerpo parecía no querer colaborar y cayó al suelo, siendo sujetada por el rubio.

—Te tengo. —Fue lo último que oyó antes de desmayarse.

—Ha perdido mucha sangre, pero estará bien.

Sophia oía las voces en la lejanía. No sabía dónde estaba, si estaba muerta o no, pero al abrir los ojos, lo primero que vió fue a una chica pelinegra sentada a su lado. Esta, al notar que ella abría los ojos, se levantó y le sonrió cálidamente.

—Estás despierta.

—¿Quién eres? —preguntó incorporándose levemente en la camilla. Miró a su alrededor con curiosidad, el lugar no le parecía familiar en lo absoluto. Observó a los dos chicos del club hablando con alguien que parecía un médico. Miró a la chica otra vez, reconociéndola también.

—Me llamo Isabelle. Esos son mi hermano Alec y Jace. —Explicó con una sonrisa al ver la mirada de la morena sobre ellos. Isabelle ya sabía quién era ella. ¿Cómo no iba a saberlo? Alec y Jace se habían pasado toda la noche, hasta que Jace debió irse a ayudar a las gemelas Fray, hablando del primer mal encuentro que habían tenido con su alma gemela. Le alegraba que por fin ellos la conocieran, la chica parecía amable y divertida.

—¿Dónde está Clary?

—Está cambiándose de ropa. El veneno del demonio se expandió y hubo que quitarsela.

—¿La mordió el demonio? —preguntó preocupada.

La pelinegra asintió y la acompañó hasta donde la pelirroja se encontraba mirándose al espejo de la sala, no muy segura del atuendo que la chica le había prestado.

—¡Soph! —Corrió a abrazar a su hermana en cuanto la vió por el reflejo del espejo.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? —preguntó rápidamente antes de fijarse en un punto en concreto. —¿Eso es un tatuaje?

—Es una runa de sanación.

Oyó una voz detrás suya. Sabía que era el chico rubio. No recordaba muchas cosas de antes de desmayarse, pero sí su voz.

—Soy Jace. —Se presentó.

Sophia admiró los ojos azules del chico, que parecían tratar de mirar a través de ella.

—Soy Sophia.

Jace sonrió mirándola con felicidad. Por fin, después de tantos años de búsquedas fallidas, la había encontrado. Su alma gemela estaba justo frente a él, y no sabía cómo reaccionar. Era la primera vez que Jace Wayland se ponía nervioso por una chica. Era la primera vez que Sophia se enamoraba.

Ardent | ShadowhuntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora