Omega en celo

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Enid

Me encontraba en el balcón admirando con devoción a la luna, pronto sería luna llena y no sé cómo sentirme al respecto.

Los lobos en luna llena experimentamos cambios: no me refiero únicamente a la parte física, sino también a la parte sexual, nuestro deseo de satisfacer nuestras necesidades sexuales nos nubla la mente, más si aquel hombre lobo es alfa y está en presencia de su predestinada, si este es el caso: el alfa no dudará en follar a su pareja y darle su nudo para así asegurar el linaje.

Al transforme descubrí que era una alfa, aquello me sorprendió, toda mi vida di por garantizado que al completar mi transformación me iba a presentar como omega. Ser alfa trajo sus ventajas, puesto que los alfa están en la cúspide de la pirámide de estatus y gracias a eso ahora todos me toman en cuenta, ya nadie me deja de lado, incluso después de mucho esfuerzo logré convertirme en la alfa de la manada de la institución, ahora soy popular entre los omegas y los betas, obtengo la atención a donde sea que vaya y más, pero aún así tiene sus desventajas, una de ellas y la más importante: no puedo controlar mi deseo carnal.

Ha pasado un año desde mi transformación y desde aquel momento no puedo estar cerca de Merlina sin antes no haberme tomado un supresor. La relación que he construido con Merlina desde el año pasado se ha vuelto una bendición y a la vez una predicación, ya que me es inevitable no tener deseos pecaminosos por ella, por su cuerpo.

Regresé a la habitación y pude sentir como el ahora del café ataca a mis fosas nasales, es un aroma excesivamente fuerte, empiezo a olfatear más hasta llegar a la puerta del baño que es de donde proviene aquel fuerte olor, intento abrirla, sin embargo está cerrada con seguro.

- ¿Merlina, estás ahí? - preguntó inconscientemente, ese olor se vuelve más fuerte nublando una parte de mi cerebro ¿acaso ese olor le pertenecerá a Merlina? No lo creo, ella es beta ¿Verdad?

- Andate - la escucho decir, sin embargo me abstengo de hacerle caso y usando toda mi fuerza abro la cerradura del baño o mejor dicho: rompo la cerradura del baño.

La escena con la que me encuentro me deja paralizada: Merlina estaba tirada en el suelo retorciéndose, está con una mano dentro de su blusa acariciando sus pechos y veo que la otra está en su entrepierna la cual está muy lubricada por debajo de su falda.

- Me-Merlina - al acercarme aquel olor se intensifica. Merlina está produciendo hormonas de apareamiento frente a mí y mientras más me acerco más las desprende.

La cojo entre mis brazos y ella suelta un gemido, debe estar muy sensible y el más mínimo tacto la hace estremecer.

La llevo hasta mi cama ya que es la más cercana al baño y la recuesto con mucho cuidado, sé lo que su cuerpo le pide, sin embargo, estoy en debate interno preguntándome cuál sería la siguiente acción que debo realizar. Nunca he estado con una omega en celo, normalmente evito a toda costa aquello, pero demonios, ahora estamos hablando de Merlina Addams y no la puedo dejar sola a su merced.

- Enid - susurra, veo como desvía la mirada, no quiere verme a los ojos - Fóllame - pide, veo como se toca bajo mi atenta mirada.

- ¿Segura? - ella asiente.

No puedo evitar sentirme nerviosa, no es mi primera vez, sin embargo, siento como si lo fuera, mi pene está a punto de explotar entre mis pantalones y se siente tan jodidamente grande dentro de ellos.

Quitó su blusa y su falda, dejándola únicamente en ropa interior, la examino de arriba a bajo y me doy cuenta del envidiable cuerpo que posee.

Me acerco a ella y la empiezo a besar, ella corresponde al beso de manera lujuriosa, su cuerpo está ardiendo y el mío también. Mientras la beso con mis manos empiezo a explorar cada parte de su cuerpo, desde sus pechos hasta sus piernas, ella suelta gemidos ahogados mientras lo hago.

Desabrocho su sostén y lo quito dejando al descubierto sus pechos los cuales empiezo a masajear.

- ahhh...mmmm, E-Enid - gime mi nombre mientras juego con sus pechos, masajeo uno y succiono el otro como si de un bebé hambriento se tratara - ahhh, ahhh, m-más, E-Enid

Dejo besitos alrededor de su abdomen hasta llegar a su intimidad, la cual está escurriendo.

- Estás muy mojada - digo en tono de burla, veo como ella se sonroja ante lo que le dije e inconscientemente intenta cerrar sus piernas, pero se lo impido - No, amor. Déjame llenarte de placer, déjame satisfacer tus necesidades en está noche.

Ella abre las piernas, exponiéndose nuevamente ante mi, saco mis garras y rompo sus húmedas bragas, dejando al descubierto toda su jugosa feminidad, no dudo en meter mi lengua entre sus piernas y empezar a hacerle un oral.

- Ahhh, ahhhhh, N-no Pa-pares, Mi-mierda - me agarra de los pelos y me funde más adentro de ella - ¡Ahhh! ¡E-Enid! ¡Mmmm! - sus fuertes gemidos me avisan que está próxima a correrse y eso hace que me detenga.

Me separo un poco de ella y me saco ante su atenta mirada toda mi ropa, se sonroja al ver el gran miembro que tengo.

Narrador

- ¿Te gusta, Addams? - preguntó mientras estriega el pene contra su entrada. Ella asiente - Dilo, Addams. Si realmente quieres sentirme dentro tuyo di que te gusta, pídelo dentro de ti, eso es lo que quieres ¿no?

- Me gu-gusta - Enid no esperó más tiempo y lo metió despacio - ¡Ahhhhh! ¡Jo-joder! du-duele - Merlina gritó de dolor, aunque Enid solo había metido la punta de aquellos 38cm que posee, la rubia no sabía que Merlina era virgen.

Enid sacó su pene y al verlo vio como estaba cubierto por una capa de sangre al igual que sus sábanas estaban manchadas.

- ¿Eras virgen? - preguntó la rubia casi incrédula, pues ninguna de las chicas con las que había estado antes lo era. Merlina asintió con algo de vergüenza, vergüenza que se le fue cuando Enid la beso - Me es un honor desvirgarte, Merlina Addams.

Enid volvió a meter su pene, pero está vez hasta la mitad, Merlina necesitaba acostumbrarse poco a poco a su tamaño.

- Ahhh, m-más, me-mete más - tal vez estas no eran las condiciones en las que a Merlina le hubiera gustado perder su virginidad, pero mínimo lo estaba haciendo con la persona que le roba suspiros a cada hora. Lo cierto es que Merlina estaba enamorada de Enid desde hace mucho, sólo no le dijo a la rubia porque le temia al rechazo de esta.

Enid sacó y volvió a meter su miembro, pero esta vez lo metió completo.

- ahhh, ahhhhh - en busca de placer, Merlina empezó a moverse desesperadamente, quería más - Mi-mierda, mu-muevete, ahhhhh, mmm - Enid empezó a hacer un vaiven, al principio fue lento, después tomó más velocidad, follando sin piedad alguna a Merlina.

- Ahhhhh, ahhhhh, S-si, E-Enid, ahhhhh, ma-más - Merlina estaba hecha una bola de gemidos, no le importaba si la escuchaban afuera, sólo quería saciar su calor.

- Estás muy apretada, Addams - Enid embestía cada vez más fuerte a Merlina y la Addams sólo podía responder con gemidos.

- ¡Me corro! ¡E-Enid! ¡Ahhhhh! - Merlina se corrió fuertemente con Enid aún embistiendo su interior.

- Me-Merlina - Enid gimió al sentir como ella también estaba llegando a su climax, dió una última embestida y sin más dejó que todo su semen llenara a la chica pelinegra.

- Ahhh....mmmm - Merlina gemía mientras era llenada, después se formó el nudo, uniendo sus intimidades, el cuerpo de Merlina descansó después de mucha agitación.

- Merlina, te amo - confesó Enid, pero no recibió respuesta de parte de Addams, ya que esta se había quedado profundamente dormida.

Al siguiente día Enid llegó a su salón de clases recibiendo miradas pícaras por parte de todos sus compañeros. Merlina se quedó en la habitación gracias a que no se podía parar, lo había intentado y se había caído.

- Supongo que tu noche estuvo buena ¿Verdad, Sinclair? - dijo Yoko burlescamente

- ¿Eh?

- Addams es muy ruidosa, todos escuchamos como gemía tu nombre - dijo Yoko riendo - por cierto, no nos dejó dormir.

Enid se rascó la nuda avergonzada, Merlina la iba a matar una vez regresara a todos sus sentidos.

Omega En CeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora