De él como mías

The Last Time

I find myself at your door
Just like all those times before
I'm not sure how I got there

La joven tenía los ojos llenos de lágrimas, acumuladas amenazando por salir, pero estaba respirando hondo para no hacerlo. Santiago estaba allí, parado con una musculosa celeste y se deja rodear por los de la chica por última vez.

- Cuídate.- Susurra él

La joven asiente con la cabeza, rodeando a Santiago, besa su mejilla por última vez y sube al uber que la llevaría a su hogar. Decide no mirar para atrás, por lo que se sube y cierra la puerta, mientas suelta todo el aire que contenía y pronto las lágrimas caen por sus mejillas.

Ella busca su celular en la cartera, y lo saca, mientras desbloqueada apurada y buscaba el contacto de WhatsApp de Mai. Su red estallaba en mensajes, les había enviado a todos ellos los que había sucedido mientras estaba en la casa de él.

Ella oculta su rostro tras sus palmas y llora desesperada, mientras sentía un nudo en la garganta que no la dejaba respirar. Tenía novia, el maldito hijo de puta, que hacía unos meses atrás le decía que solo quería ser su "amigo con derechos" porque no se sentía preparado para una relación, le había tirado la bomba tan sólo dos meses después.

La joven guarda su neceser con sus pertenencias en la cartera, y guarda los últimos regalos para Eugenia en la bolsa gigante.

No eran tantos regalos como los que le había dado en Navidad, pero eran un bonito presente para los Reyes Magos, aunque ya había pasado un mes. En la cartera se guarda los regalos para Santiago y pide el uber.

Era un viaje de unos cuarenta minutos hasta San Telmo, por lo que cuando sube, le avisa que ya estaba en camino.

Estaba nerviosa, no iba a negar que la situación le preocupaba un poco, además, tenía un presentimiento malo en su pecho. Le audio que él le había mandado hacia unos cuantos días estaba presente en su cabeza.

"Me esta pasando otra cosa también, que no te la voy a decir ni por audio, ni por escrito, ni nada. Así que en algún momento cuando nos veamos de vuelta, te lo voy a decir personalmente. Y nada, espero que también lo entiendas, y que lo aceptes y que no te enojes"

Algo dentro suyo, le decía que Santiago volvería con Angie, su ex pareja, de quien se había separado hacia unos meses atrás. No sabía con exactitud hace cuantos, ni porque, él nunca se ll había dicho, y ella por respeto nunca había preguntado. Si él no se lo decía, tenía sus motivos.

El celular le vibra, Santiago le preguntaba si le copada cenar una pizza rellena con fugazeta. Le gustaría decirle que no, que prefería comer una napolitana o una de muzzarella, pero le gustaba complacerlo. Así que le responde que estaba bien si pedía eso.

En el viaje, una canción se repetía en sus auriculares, The Alcott, de The National y Taylor Swift. No sabía porque, pero sentía que esa canción la estaba representando en aquel momento.

Pronto teclea avisando que estaba cerca y respira hondo. Al ver que el uber doblaba en la calle del departamento de él, respira hondo y guarda sus auriculares y frena la música. Avisa a su madre y amigas que llego y se baja luego de pagar.

Allí estaba él, parado esperándola. La joven se baja del automóvil y agradece, acercándose a él. Respira hondo, y besa su mejilla mientras de su boca se escapa un tímido "Hola".

Trata de no hacerse la cabeza. De las pocas veces que se había visto con Santiago, solamente él le había dado un beso en la boca al verla, y había sido cuando él había ido a su casa, la segunda vez que se veían.