¡ADVERTENCIA! Esta historia es una secuela de otras dos, por lo que para entenderlo todo es necesario leer las dos anteriores. La primera se llama The Valentine Experience y la segunda The Cupid Experience. Eso es todo, ¡gracias por leer y feliz día de San Valentín!
El pequeño desliz de Seokjin tenía su raíz en él intentando, como siempre, hacer su trabajo con la diligencia que acostumbraba.
Hacía cosa de un poco menos de dos años del calendario humano, llegó a sus oídos rumores terriblemente preocupantes de ángeles menores que habían pasado por la ciudad de Seúl durante sus tareas habituales. El primer rumor lo tomó como solo eso, un rumor; pero luego de que dos o tres ángeles más reportaran cosas similares, ya no pudo en buena consciencia dejarlo pasar sin investigar.
Así que bajó a la tierra para tomar el asunto por sus propias manos, esperando desesperadamente que no fuera cierto que Jimin, uno de sus mejores ángeles, se encontraba fraternizando con el enemigo.
Recordaba perfectamente haber aparecido entre una multitud cerca de la calle donde Jimin tenía su pequeño negocio que usaba para mezclarse entre los mortales, cuando sus ojos se negaron a moverse al caer en la imagen de un humano. Estaba dentro de un establecimiento, justo detrás del vidrio, regando unas flores con una pequeña sonrisa en sus labios rosados.
Varios peatones lo golpearon con el hombro al pasar, pero él no se movió, clavado al suelo como solo un ser inmortal sabía hacer. El muchacho era uno entre los billones, pero el arcángel quedó hechizado con la palidez de su piel, el brillo en sus ojitos triangulares y la suavidad de su cabello que reflejaba la luz del día como un espejo. Sus manos expertas trabajaron con las flores frente a él y en ningún momento pareció notar que en la calle había alguien que nunca volvería a ser el mismo, solo por haber aprendido de su existencia en la tierra.
Fue algo difícil, pero al final consiguió cerrar los ojos y sacudir la cabeza, para moverse a donde había querido ir desde el principio, aunque su mente no terminó de marcharse de su lado.
Los rumores habían sido, hasta cierto punto, ciertos; aunque era verdad que Jimin se había acercado demasiado a un demonio, no le costó mucho entender que esta conexión nada tenía que ver con ayudar o apoyar al demonio en sus actividades maliciosas. Si acaso parecía ser que de alguna forma había disuadido al contrario a no hacer nada que fuera en contra del cielo, apenas usando su tiempo para holgazanear en la tienda del ángel.
No lo entendió, pero lo que vio sirvió para espantar sus preocupaciones. Aprobara o no de la inexplicable relación, no había razón para interferir mientras no afectara al gran plan del cielo.
Pero definitivamente estaría alerta. Tomándose la responsabilidad de volver a la tierra regularmente para asegurarse de que Jimin no se descarriara.
O al menos esa era la excusa.
En su segunda visita a la tierra, el arcángel Seokjin se dio un instante para estudiar el sitio donde aquel muchacho tan... curioso, parecía trabajar. Por lo que había podido intuir, el establecimiento era uno donde se vendían flores; era lo más ridículo que había escuchado en sus millones de años de vida, considerando que las plantas podían encontrarse en la tierra o plantarlas, pero él no presumía entender las idiosincrasias de los seres humanos.
Era bueno que nadie monitoreara sus actividades, porque luego de su tercera o cuarta visita, Seokjin había olvidado completamente ir a ver a Jimin, ocupando todo su tiempo a quedarse parado en la vereda para observar al humano a través del vidrio del escaparate. De todas sus visitas, solo llegó a adentrarse al local en un par de ocasiones, en aquellas donde no pudo verlo desde afuera. En todas ellas, otro humano le había informado que Yoongi no se encontraba ese día.
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➸ the love experience ❁ yoonjin.
Storie d'amoreLo que debía simplemente ser una visita a la tierra para monitorear a uno de los ángeles a su cargo, deja a un arcángel completamente encantado con un humano que trabaja en una floristería. Siendo totalmente ajeno a los asuntos del amor y aún más, a...