prólogo

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Desde que sus padres le habían dado la noticia de que se mudarían de su cómodo hogar para vivir a las afueras de la ciudad en uno de esos condominios para gente rica (que Haerin secretamente detestaba) fue que decidió que terminaría su último año en la secundaria de forma pacífica y solitaria, después de todo, entrar en una nueva escuela cuando había estado prácticamente toda su vida en otra era comenzar desde cero.

Haerin odiaba la idea de hacer todo otra vez.

Sin embargo, se resignó, no había otra opción más que aceptar la dura realidad de ser separada de sus amigas de la infancia y del entorno y casa en los que había crecido. Así que cuando el auto de su padre se detuvo frente a su nuevo hogar, se prometió una cosa.

Terminar su último año y largarse de allí.

(...)

—¡Minji, aquí!— exclamó una de sus compañeras de equipo cuando Minji pasó a una de las jugadoras rivales.

Kim dio el pase a su compañera quién, hábilmente, marcó dos puntos.

—¡Gana el equipo azul!— escuchó a la entrenadora decir.

Minji se inclinó respirando por fin, apoyando sus manos en sus piernas flexionadas antes de dirigir una mirada a su mejor amiga. Hyein, en la misma posición, le sonrió antes de enderezarse y acercarse a las gradas del gimnasio junto al resto del equipo. Cuando Minji llegó junto a ella una toalla fue lanzada directamente a su rostro sudoroso.

—Hey— protestó, quitando la tela de su rostro para poder limpiar su frente.

—Buena asistencia allí, Kim— Hyein le extendió una botella de agua que Minji agradecidamente tomó.

Minji bebió con sed desértica antes de dejar la botella y secar la comisura de sus labios con el dorso de su mano.

—Gracias— agradeció la botella.

—Vamos a cambiarnos, el entrenamiento terminó— dijo una de sus compañeras de equipo.

Minji y Hyein se miraron antes de comenzar a recoger sus cosas y seguir a las demás hacia los vestidores.

Qué entrenamiento tan agotador.

(...)

—Danielle— escuchó cuando cerró su cosmetiquero sobre la mesa de su asiento junto a la ventana.

Hanni se adelantó para sentarse en el pupitre frente a ella mientras Danielle solo mantenía una expresión aburrida.

—¿Qué pasa, Nini?— preguntó con calma mientras se reclinaba en la silla.

Su mejor amiga vaciló un poco antes de responder.

—Niki ha vuelto a invitarnos a su fiesta de esta noche y...

Un suspiro abandonó sus labios.

—Prometimos asistir a la fiesta de Gaeul, Hanni.

—Lo sé, lo sé, es solo que... Sunghoon estará allí y...

Danielle entendió de inmediato lo que buscaba su amiga.

—Y quieres ir allí para pasar tiempo con él— completó, conociendo a la perfección su plan no dicho. Hanni asintió sintiendo sus mejillas levemente sonrojadas.

Lo pensó un momento, entendiendo a su amiga mejor que nadie en esa escuela y en el resto del mundo. Pensó en una solución para cumplir con su promesa y con la petición de su mejor amiga.

—Mira, ¿qué tal si vamos a ambas? primero a la de Gaeul y cuando sean las doce, nos largamos y nos pasamos a la de Niki. ¿Qué opinas?

Danielle vio los ojos de Pham brillar en ilusión y agradecimiento —Eres la mejor amiga que podría pedir.

Ella negó con la cabeza, restándole importancia.

Al parecer tendría que ir a dos fiestas esta noche.

Unnoticed | mindaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora