IV.

482 18 4
                                    

El viaje de vuelta a tu departamento fue tranquilo. Gunwook conducía y tú estabas en el asiento trasero con Jiwoong. Él seguía mirándote a través del espejo retrovisor, con los ojos oscuros y llenos de deseo.

Te hizo estremecer, retorciéndote en el asiento mientras intentabas encontrar una forma de estar más cómoda. Hacía calor en el coche y podías sentir que tu cuerpo se estaba humedeciendo.

Jiwoong extendió la mano hacia ti y acarició tu muslo, sus dedos rozando el interior de éste. Gemiste, agarrando su mano para evitar que fuera más lejos.

—¿Quieres que pare?— preguntó.

Miraste a Gunwook y viste que te observaba, con los ojos oscuros mientras se lamía los labios.

—¿Quieres que él pare?— preguntó Gunwook, mirando a Jiwoong.

Tragaste, con las mejillas ardiendo en vergüenza. —No.—

—No, ¿qué? — preguntó Gunwook. — Dile qué hacer.—

—No pares—, susurraste. —Quiero que sigas.—

Jiwoong sonrió y deslizó su mano más arriba en tu falda. Suspiraste, levantando las caderas para que pueda tocarte con mayor facilidad. Sus dedos rozaron tus bragas y gemiste.

Jiwoong se rió y miró a Gunwook. —Está tan mojada. Te desea demasiado.—

Jiwoong se lamió los labios, deslizando sus dedos debajo de tus bragas y encontrándote ya mojada. Gimoteaste cuando sentiste que introducía un dedo en ti.

—Maldición—, gruñó Jiwoong, deslizando un segundo dedo dentro de ti. —Está tan apretada.—

Gunwook te miró de nuevo y tú bajaste la mirada a su mano en el volante. Podías ver el bulto en sus pantalones y estabas desesperada por tocarlo.

—Me harás chocar si sigues mirándome así,— dijo Gunwook. —Debes mantener la vista en la carretera.—

—Tú eres el que no puede mantener la vista en la carretera—, dijo Jiwoong, moviendo sus dedos dentro y fuera de ti.

Gemiste, apoyando la cabeza en el asiento mientras arqueabas las caderas hacia la mano de Jiwoong. Sentiste los ojos de Gunwook en ti de nuevo y le sostuviste la mirada, lloriqueando mientras Jiwoong rizaba sus dedos dentro de ti.

— ¿Necesitas correrte, linda? — preguntó Gunwook —. ¿Necesitas correrte en todos sus dedos?

Asentiste, mordiéndote el labio mientras Jiwoong deslizaba otro dedo dentro de ti. Gimoteaste, moviendo las caderas desesperadamente mientras follabas los dedos de Jiwoong.

— Está tan mojada —, gimió Jiwoong. — Va a dejar un gran desastre.

Cerraste los ojos, arqueando las caderas hacia su mano. Sentías que tu orgasmo se acercaba. Estabas tan cerca, pero no podías lograrlo. Era como si Jiwoong lo estuviera reteniendo, burlándose de ti con sus dedos.

Gruñiste, frotándote sobre sus dedos. —Por favor—, susurraste. —Por favor, necesito correrme. Por favor.—

—Todavía no, bebé—, dijo Gunwook, mirándote. —Lo estás haciendo muy bien. Ya casi llegamos. Solo tienes que esperar un poco más—.

Lloriqueaste, apretando alrededor de los dedos de Jiwoong mientras te mecías en su mano. Gunwook te observaba con ojos oscuros mientras Jiwoong sacaba sus dedos de ti, chupándolos con su saliva. Los limpió con la lengua, murmurando en aprobación al saborearte.

—Tienes un sabor tan delicioso, cariño—, dijo, levantando la mano para acariciar tu mejilla. Te giraste hacia su tacto, gimoteando al sentir cómo su pulgar rozaba tu piel. —Ya casi llegamos—.

ex - jiwoong & gunwookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora