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Sentir molestia por el insoportable bullicio en todo el salón era algo que Ricky no podía controlar. Sus oídos dolían de escuchar las escandalosas risas de los jóvenes, los murmullos y los típicos chicos como chicas que ‘buscaban atención’. Bufó. Agarro sus pertenencias, saliendo de allí, el profesor había faltado. Pensó en ir a la biblioteca, el silencio en el lugar brindaba 24/7 horas.

Pasando de largo por las cerradas puertas que daban al campus, dónde se podían escuchar silbatos, incluso fuertes pisadas. Supuso que los jugadores estaban en horas de entrenamiento. Ricky tuvo cierta curiosidad de verlos... Un cortito momento, pero.... Su mente trajo un pequeño incidente. El beso de Kim.

Se detuvo bruscamente. Cerró sus ojitos con fuerza, cubriendo sus mejillas rojizas con sus manitos a tal recuerdo. Sintió a su corazón latir veloz. Y su respiración se cortó por los nervios, ¿Por qué se sentía de ese modo? ¡No era para tanto!... ¿Verdad? Para su Omega, si lo era. Ricky podía sentir la gran timidez al recordar la acción de Gyuvin... Ese roce de esos labios acariciar con un suave beso en su piel, recordó esa sonrisa y su corazón se descontroló.

Su cabecita atrajo una y otra y, otra vez esa felicidad — si podia decirse — del famoso y popular Alfa Kim. El no formó una mueca de asco, ni siquiera hizo nada cuando huyo de allí. Solo lo vio irse con es hermosa sonrisa.

«¡E-es un tonto! Se-seguro está planeando algo más adelante... ¿No es así?» completamente irreal a lo que su mente procesaba, apretó sus puños. No sé dejaría llevar por un acto algo “tierno” no, imposible. Ricky ya no iba a caer en otras burlas. Pero.... Su Omega y tonto corazón le llevaban la contraria.

— Alfa imbécil — una parte de el no quería dejarse llevar por algo tan banal. No importaba que tan guapo sea Gyuvin, no importaba que tan popular y halagado sea por la gente, no importaba aquel beso.... No caería como otros, Ricky suspiro. Estaba muy metido en sus pensamientos que no espero que una voz lo sobresaltara a sus espaldas.

— ¿Quien es un Alfa imbécil? — Ricky se tenso y trago, girándose a ver al dueño de la rasposa y gruesa voz. Y olvidó como respirar.

A unos metros estaba Kim Gyuvin, con el uniforme de física puesto. Mirándolo con una ceja alzada, mientras escabullía esas grandes manos a los bolsillos de su pantalón deportivo. Se acercó a pasos lentos, sin romper la mirada, Ricky sintió el calor adornar su cara.
Esos cabellos eran sostenidos por una bandana, mostrando gran parte de su frente, esos labios rojizos por las constantes mordidas que Kim hacia inconscientemente. Hasta que Gyuvin se detuvo, admiro en silencio como esos ojitos de bambi brillaron.

Se acercó más, se guardo ese hermoso movimiento de Ricky al alzar la mirada. Zhang era un Omega.... Muy precioso.

— Ricky, acaso... ¿Volvieron a molestarte? — lo miro en busca de una respuesta, apretó su puño que aún estaba escabullido en los bolsillos.

Odiaba en definitiva aquellos ineptos que disfrutaban de molestar al rubio, daría lo que fuera a todo el mundo para que dejen de criticar el físico de alguien. ¿No se daban cuenta de la inseguridad, desilusión, decepción que formaban en cada Omega o incluso Alfa?

Ricky no dijo nada. Preocupando más a Gyuvin.

— N-no es nada — habló en balbuceos después. Sin convencer al Alfa frente a él. Ricky se sentía incapaz de abrir o mover la boca. La cercanía del pelicastaño lo puso extraño de un momento a otro.

Gyuvin frunció las cejas y termino por sostener el mentón del Omega con su diestra, se agachó al tamaño. Lo inspeccionó con una mirada, realmente incrédulo de creer esas simples palabras. Esos ojitos se abrieron más a los centímetros que lo mantenían distanciados, Ricky podía jurar que sus respiraciones podían sentirse mezcladas...

No soy Gordito [Ryuvin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora