La chica de los ojos verdes

prólogo

El estadio estaba en silencio. Solo se escuchaba el sonido de las zapatillas sobre la cancha y el balón siendo trasladado. Quedaban 9 segundos para el final del partido y el marcador estaba 124 a 123 a favor de los rivales. Era el momento de la verdad.

Oreste logra dar un fuerte bloqueo, recuperando el balón y lanzándose al contraataque como un toro saliendo a la arena. Con sus 2,05 metros de altura y una velocidad desproporcionada de su tamaño, era imparable.

Montilla, el defensor del otro equipo, lo vio venir y se preparó para el choque. Era la última esperanza de su equipo, la única barrera entre Oreste y la victoria. Saltó con todas sus fuerzas, dispuesto a bloquear al griego.

Pero no fue suficiente.

Oreste se elevó por encima de Montilla, clavando el balón y mandando a su defensor al suelo con una fuerza brutal. Fue una jugada espectacular, una demostración de poder. El estadio estalló en un rugido de júbilo y asombro. El marcador se actualizó: 124 a 125. El partido había terminado. Oreste había ganado.

El equipo ganador celebraba su victoria. Los periodistas se acercaron a Oreste para entrevistarlo. Las cámaras lo enfocaron y lo transmitieron al mundo entero. Había conseguido volver a llevarse el MVP de la noche.

-Dinos oreste, ¿Cómo te sientes después de la gran actuación que diste en el juego de hoy?, es decir, ese cierre de partido y las estadísticas que diste, sin duda estás al nivel de lo que se esperaba de ti y apenas estás empezando tu carrera -le preguntó una reportera con un micrófono.

-¿Que como me siento? ¿Como me debería sentir? Eso fue nada para mi... -respondió oreste con una expresión arrogante-Esto es solo un pequeño vistazo de lo que puedo llegar a hacer, vine aquí para destrozar la liga -declaró con confianza.

-Fuertes declaraciones por parte del MVP de esta noche, señores, sin duda un gran prospecto a convertirse en una leyenda del baloncesto -comentó la reportera, mientras Oreste se alejaba de ella.