Timezone [Enzo x Matías]

Capítulo 1: Miradas

Hace un mes me llamaron para darme un papel importante en una película que va a marcar a una generación de jóvenes, o no y pasamos a la historia como una más.

Me desperté, cansadísimo pero obligado por el laburo, me senté en la cama y frote mis ojos cansados con mis manos, un bostezo y a levantarse, me pegue un baño aprovechando que estaba solo, me cambie y fui a la pieza de juani, nuestra rutina siempre era igual, levantarnos e ir a la habitación del otro para empezar el día juntos, así que ahí estaba, adelante de la habitación 223, tocando la puerta mientras un escalofríos pasaba por mi columna vertebral, era lindo el frio, el invierno es mi estación favorita pero ya se estaba volviendo un toque insoportable. 

Juani salió de su habitación, nos saludamos y caminamos juntos al buffet para desayunar, era temprano, así que no hay mucha gente, al llegar, nos sentamos en la mesa larga y blanca que el staff nos preparaba todas las mañanas, vimos que algunos ya estaban tomando su café o su mate mañanero, entre ellos estaban Agustín, Enzo y Blass a los cuales nos acercamos con la intención de desayunar junto a ellos, Agustín a penas me vio me mando con el termo a buscar agua, lo que me molestaría demasiado, de no ser porque Enzo decidió acompañarme.

-Te despertaste temprano hoy, ¿ahora sos el viejito madrugador? - Pregunte con gracia mientras caminamos a la cocina, escuche su risa ante mi comentario la cual, era muy contagiosa.

-No sé, estaba durmiendo y me dieron ganas de sentarme en un banco de la plaza a darle de comer a las palomas- Respondió entre risas que rápidamente llegaron hasta mí, entramos en la cocina y pusimos a calentar el agua, me senté sobre el mármol frio de la mesada a esperar que el agua este lista, Enzo se acomodó al lado mío y saco su celular.

- ¿Tan temprano con esa mierda en la mano?, después me retas a mí, terrible - Comente con la misma gracia de antes, sonrió mirándome, algo que, por alguna razón que se me escapa de las manos, me hizo tensarme.

- Estoy hablando con mi mamá tonto- Respondió manteniendo su sonrisa.

-Mándale saludos a mi suegrita, decile que me invite a comer canelones- Conteste sin preocupación, como si fuera algo de todos los días y es que lo era, joder con la mamá de Enzo se había vuelto cotidiano entre nosotros. Empezó a reírse, guardo el celular, se acomodó entre mis piernas y empezó a hacerme cosquillas, las risas de ambos alegraban la mañana de las personas del staff que pasaban cerca de la cocina y a los chicos que nos escuchaban sentados desde la mesa. 

Cuando comenzamos con el rodaje solamente conocía a juani, hablamos la primera noche y pegamos onda, pero el resto de los días eran algo difíciles, a pesar de ser una persona que siempre jode con todo y muy carismática, no suelo encajar al toque en grupos, me cuesta integrarme, más por el miedo de hacer una joda de mal gusto que por otra cosa, pero gracias a juani, poco a poco me fui integrando con los chicos. Cuando conocí mejor a Enzo se me hizo muy loco como alguien de 30 años podía tener la mentalidad de alguien de 5, siempre me sigue las jodas y nos divertimos jodiendo (en buena onda) a los demás, siempre anda haciendo monadas, pero es un tipo más serio, sabe cuándo dejar de joder, no como yo que a veces me zarpo.

Al sentir el frio recorrer mi cuerpo otra vez salí de mis pensamientos, entre risas Enzo se separó con el termo para llenarlo con el agua que ya hirvió, cuando ya tenía el termo lleno fuimos de nuevo a la mesa con los demás, nos sentamos y entre jodas y risas, mates y masitas, café y medialunas, se nos pasó la mañana, después de un rato entramos a maquillaje, nos prepararon y empezamos con el rodaje de escenas, fue cansador pero soportable, al final decidimos ir con los chicos a un bar, al otro día no teníamos que rodar por ende podíamos estar tranquilos. 

Fui a mi habitación junto con Enzo ya que compartíamos el espacio, me bañe primero porque Enzo es el que más tarda de los dos, no sé, sus cosas de viejo, salí del baño con una toalla en la cintura, el ambiente estaba cálido gracias a la estufa y realmente, es un mimo al alma salir del baño y que la pieza este calentita, me acerque a mi armario para buscar mi ropa, Enzo no estaba en la habitación vaya a saber dios porque, después se pregunta porque tarda tanto cuando salmos con los pibes.