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Sanha tomó asiento en el columpio del parque, Sunwoo lo había invitado a salir en su día libre y acepto gustoso, había ya pasado un mes de conocerlo y él chico le generaba una confianza infinita, aunque había momentos en silencio la comodidad era tan genuina que incluso estar así era todo lo necesario.
Cuando lo observó llegar se encaminaron al local de postres que el chico le había hablado millares de veces porque era su favorito, entre risas y conversaciones ligeras y profundas sobre pensamientos e ideales la tarde de les pasó volando.
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Tocó la puerta de la casa de su amigo, Dongmin lo recibió mirándolo sorprendido, la pequeña lluvia que caía ya había hecho su trabajo y Sanha se encontraba con la ropa un poco mojada y su cabello rubio desordenado, sin decir nada el chico se hizo aún lado y dejó pasar a su amigo. Cuando llegaron a la habitación Sanha tomó asiento en la silla del escritorio y puso sus codos sobre sus rodillas para esconder su rostro.
