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El canto matutino de los pajaritos me despertó.

Sentía mucha presión en mi pecho y me senté en la cama completamente aterrorizada al recordar lo de anoche.

Esperaba que sea un sueño pero al revisar mi celular comprobé que no, fue real.

Me dormí tarde debido a que escuchaba sonidos raros fuera de mi casa, eso más el acosador creepy que hasta hace unas horas pensé que era solo un fantasma.

Me estiré en la cama intentando liberar tensión pero paré en seco cuando noté algo raro en mi hombro izquierdo.

¿Un moretón?

Soñé algo raro como si de una persecución se tratase pero... ¿Por qué me desperté con esto?

No es posible.

Toqué un poco el morado y descubrí que tenía otros los cuales hacían fila hasta llegar a mi cuello, me paré exaltada de mi cama hasta mi tocador para verme al espejo y no podía creer lo que veía.

Moretones o chupones por todo mi cuello.

Lo que me espantó más fue ver que en el espejo había una pequeña nota color rosa de post-it pegada en el borde.

"No olvides usar el vestido"

Quería arrancarme los cabellos de la desesperación. ¿Quien mierda es este tipo y porqué hace todo esto?

Literalmente entró a mi casa, entró a mi cuarto, me lleno el cuello de estas cosas, me llama, me amenaza, hizo todo eso en tan solo dos días. Sin contar estos dos meses en los que supongo que también estuvo detrás de mí.

¿Quién será?

Tengo que ir a la estación de policía ya mismo, esto puede pasar a peores.

Crees que es solo una amenaza hasta que se hace cierto, no puedo esperar nada.

Miré una última vez los morados y comencé a maquillarlos para taparlos y prepararme para el colegio.

Dude en ponerme el dichoso vestido. No quiero que se salga con la suya, no quiero darle con el gusto.

Pero la ansiedad me ataca. Si hizo esto, ¿qué sería capaz de hacerme si no le hago caso?

Respiré profundo y comencé a ponermelo.

Mientras me lo ponía pude percibir cierta fragancia a perfume de hombre, era muy suave y apenas se notaba.

Sentía repulsión al oler el perfume y al imaginar el morbo de este hombre al ver que le seguí el juego, pero no quiero arriesgarme a nada.

Me puse una bufanda por si se me corría el maquillaje.

Tal vez arregle todo hoy con la policía y lo encuentren, después de todo es un pueblo pequeño.

No dejé de escuchar el crujido de las hojas en todo el camino que hice hasta el colegio. Me daba la vuelta y no había nadie.

Unas manos me tomaron por sorpresa y grité del susto.

Se escuchó por toda la cuadra el grito que pegué.

- ¡Tranquila! Soy yo. -- Habla Lía detrás mío.

- Me asustaste horrible. -- Dije intentando recuperar el aliento.

- ¿Estás bien?

No contesté y solo la miré, se dió de que algo andaba mal.

- Pasa algo, ¿verdad?

Asentí mirando a ambos lados sintiéndome observada.

- Si, pero en el colegio te digo.

DepredadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora