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Intenté llamar a mis padres unas 5 veces. En ninguna contestaron, parece que tenían sus celulares apagados.

Me daban ganas de llorar el hecho de que estaba pasando lo peor y ellos no estaban aquí para ayudarme.

Desde pequeña es así, ellos viajan y yo me quedo sola, solía quedarme con una niñera pero crecí, dicen que puedo cuidarme sola.

Y si puedo, pero ahora solo tengo miedo de lo que pueda pasar con este tipo. El recuerdo de aquella lechuza muerta a tan sólo centímetros de mi habitación sigue bombardeando mi cabeza.

De repente mi teléfono sonó.

Dudé en contestar. Al ver qué era otro número privado decidí ignorarlo, tal vez si ve que no le doy atención deja de molestarme. Aunque ya es un poco tarde para eso, tendría que haberlo ignorado desde el principio.

El ringtone era insistente, una vez que terminó, comenzó a sonar de nuevo, de nuevo, y de nuevo, incansables veces. Yo solo lo veía e intentaba concentrarme en otra cosa.

Bloquee el número y bajé a la cocina para hacerme algo de comer, estuve sin comer muchas horas por el estrés.

Dejé el celular en el mueble y abrí la heladera para sacar algo. Al ver el poco contenido que había maldije por lo bajo porque significaba que tenía que ir de compras, o sea, salir.

Podría salir ahora, pero él tipo me llamó recientemente y tal vez esté cerca.

Me dió escalofríos imaginar que está cerca y que puede entrar a mi casa cuando le plazca.

El celular sonó, un mensaje.

Desanimada fui a ver de qué se trataba y era de Lía. Preguntaba porqué no fui hoy a clases y que si estaba bien.

Le contesté pero mientras lo hacía un nuevo mensaje de otro número llegó.

- ¿A ella le contestas y a mi no?

¿Qué obsesión con que le conteste tiene? tiene como un morbo con eso, le gusta molestarme.

Por supuesto no le contesté y seguí hablando con Lía. Quedamos en vernos a la tarde para que no esté sola, pero los mensajes del desconocido continuaron.

- ¿No quieres saber a donde están tus papis, mis queridos suegros?

Me espanté al ver ese mensaje y contesté de inmediato.

- ¿Les hiciste algo, maldito imbecil?

- Cuida esa boquita, lindura.

- ¿O qué?

- O me la cogeré.

- Dime donde están mis padres.

- Te lo diría, pero estás siendo muy maleducada. Alguien tiene que educarte, chiquita.

- Solo dímelo.

No contestó a mi último mensaje pero unos segundos después comenzó a llamarme.

Atendí.

- A si me gusta, que contestes.

- ¿Dónde están?

- Si te digo que están en mi cama, ¿te metes?

- Sueña.

Suspira desde el otro lado de la llamada

- Siguen en su viaje, no sé de ellos, mi amor.

- Eres un tarado, deja de llamarme así.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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