Casi había terminado el verano, la rutina estaba a la vuelta de la esquina. Había pasado el peor verano de mi vida, ya había quedado confirmado que no estábamos solos, que había algo acechando, algo que solía salir de noche, aunque yo lo vi de día, algo que no hablaba, o al menos no lo había escuchado nadie, y lo más importante, eran idénticos a nosotros, o no. Yo había visto algo igual a mi tía, mi tía había visto algo igual a ella, pero había más de uno. ¿Serían todos igual a mi tía? ¿Solo de nuestra familia había réplicas? ¿Había de todo el pueblo?
Eran muchas las dudas que anidaban en mi cabeza, así que esa noche le propuse a mi tía dormir en la azotea. Desde allá arriba se veía el bosque y la entrada al riachuelo, además de todo el pueblo, así que podríamos ver algo.
A las 23:00 subimos y comenzamos a observar pero nada parecía raro o fuera de lo normal, a la 01:00 de la madrugada aproximadamente vimos unos arbustos moverse, unos arbustos cercanos a los que vi la noche que me quedé despierto observando por la ventana. De repente y para nuestra sorpresa la figura de quien parecía ser yo salió de la nada, de aquella sombría arboleda. Mi tía y yo nos miramos y en un arrebato de valentía comenzamos a bajar la escalera para encararnos contra aquello. Entre tanto alboroto salía mi madre de la habitación preguntando el porqué de tanto escándalo, le dije que nos siguiera. Salimos a la calle y nos dirigimos hacia la parte trasera de mi casa, allí seguía ese engendro, mi madre se dirigió hacia ello y ambos se quedaron quietos, uno frente a otro, mi tía y yo comenzamos a gritar a decirle a mamá que viniese, que dejase aquello, pero se desmayó, y aquello se dio la vuelta y se metió en los arbustos de dónde había salido. Reanimamos a mi madre y la metimos en su cama, mi tía y yo volvimos a la azotea.
Después de un largo silencio incómodo, después de lo sucedido, ambos nos quedamos dormidos. Me desperté con los primeros rayos de luz, eran las 6 de la mañana, me asomé a la baranda y vi lo que nunca me imaginé que fuera a ver. Éramos mis padres, mi tía y yo, que íbamos por el camino al riachuelo, adentrándonos al bosque. Esa imagen era espeluznante, ¿cómo era posible? Esos seres iguales a mi familia iban muy juntos, muy despacio, con un paso firme, se me saltaron las lágrimas, no sabía que pensar y aquella imagen se me quedó marcada en mis ojos. Rápidamente desperté a mi tía y le enseñé la estampa, volvimos a bajar y me asomé al cuarto de mis padres para ver si ellos seguían ahí. Ambos dormían plácidamente. Seguimos bajando y corriendo como nunca antes lo habíamos hecho, nos adentramos en el bosque pero ya no había nada, inspeccionamos cada rincón y nada, necesitaba descansar, me senté a la orilla del riachuelo y metí los pies en el agua fresca. Allí permanecimos durante más de media hora, callados, luego nos dirigimos hacia mi casa, pero a la salida del bosque mi tía había desaparecido. La llamé incansablemente, volví a entrar en el bosque sintiendo escalofríos a cada paso pero nada, ni rastro de mi tía, volví a mi casa asustado, ya era completamente de día.
Antes de entrar a mi casa escuché gritos que provenían de mi padre y me asusté, ¿habría vuelto mi tía sin mí y mi padre le recriminaba haberme perdido? Entré entusiasmado a casa pero no, no estaba mi tía. Las voces eran hacia mi madre, que no reaccionaba. Me quedé en shock, me senté en el sofá y cuando llegó la ambulancia me quedé solo en casa. No me moví del sofá en todo el día, cuando oscurecía llamó mi padre y me comunicó que mi madre había entrado en coma sin razón. Seguí allí sentado, llorando, viendo sombras a través de las ventanas y escuchando golpes.
Mamá estaba en coma, Mary desaparecida, papá ajeno a todo y aquellas cosas seguían sueltas.

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Réplicas I
Mystery / ThrillerLa historia se sitúa en una pequeña aldea, dónde la rutina de una familia se ve interrumpida por la aparición de unos seres iguales a ellos.